"Quiero pasarlo lo mejor posible, aunque no deseo ir al infierno"

¿Qué clase de persona solía ser antes de convertirse en Imelda May? No lo sé, no soy tan esquizofrénica, así que supongo que la misma. Solo me puse mi segundo nombre como apellido.

¿No cree entonces, en plan T. S. Eliot con abril, que mayo sea el mes más cruel? No, qué va, era más sencillo de pronunciar, eso es todo. No tengo un mes favorito, si esa es la pregunta. En mi familia, todas las chicas tienen segundos nombres de ese estilo. May, Macy…

¿Proviene de la típica familia católica irlandesa? Sí, completamente normal y un poco loca, con un montón de primos, fiestas bulliciosas con decenas de personas, esa clase de cosas. Somos cinco hermanos y ya tengo 11 sobrinos y sobrinas.

¿Le gustaría formar una familia numerosa? Sí, eso es lo que quiero creer. Aunque igual al tener el primero me lo pienso mejor [risas].

¿Realmente cree que estar casada con su guitarrista es una buena idea? Llevamos 14 años juntos. Es uno de mis guitarristas favoritos. Es buena idea, puesto que así, cuando estamos de gira, al menos tenemos oportunidad de vernos.

¿Qué opina el resto de los miembros de la banda? ¡Tendrá que preguntárselo a ellos! Tenemos que ser cuidadosos, claro, hay un largo historial de parejas del rock desgraciadas… Ike y Tina Turner, Sonny y Cher, Mimi y Richard Fariña…

Solo confío en que su hombre le trate mejor que Ike a Tina… Por supuesto que lo hace… ¡Por el amor de Dios!

¿Es usted católica? Sí señor. En este último disco hay una oración. Intento devolverle al Señor lo mucho que me ha dado, porque soy muy afortunada.

¿No solía ser el 'rock and roll' un asunto pecaminoso? Quiero pasarlo lo mejor posible, aunque no desearía ir al infierno.

¿Cómo lleva vivir en los años cincuenta en el siglo XXI? No creo que viva en los cincuenta. Encuentro mucha satisfacción en la contemporaneidad, aunque me gusten cosas pasadas de moda.