La presión de los mercados sobre la deuda encarecerá el crédito
La prima de riesgo española toca el nivel previo a las pruebas de resistencia
El tira y afloja al que los mercados someten a la deuda española -tanto a la pública como a la privada- se notará en el bolsillo de las familias y las empresas. Si las primas de riesgo siguen siendo altas, esta situación "podría acabar trasladándose a los tipos de interés del crédito", explica el Banco de España en su boletín de octubre.
Desde que los problemas de Grecia desataron la crisis de deuda soberana, países como España, Portugal, Irlanda y la misma Grecia han visto cómo los mercados presionaban sus primas de riesgo hasta aumentarlas a niveles históricamente altos. Ayer se mantuvo la tensión de las últimas semanas.
La diferencia entre los bonos a 10 años españoles y los alemanes se situaba a los 200 puntos básicos. Se volvía así a los niveles previos a la publicación de los resultados de las pruebas de resistencia a la banca europea, que tuvieron un efecto balsámico, momentáneo a la vista de lo sucedido tras recrudecerse la crisis de deuda soberana por los problemas de Irlanda, esta vez. No obstante, conforme fueron pasando las horas la presión aflojó un poco, tanto sobre la deuda española como sobre la irlandesa y la portuguesa.
Este riesgo país, la otra forma de llamar a las primas de riesgo, no solo lo paga el Tesoro, también castiga a las entidades financieras cuando intentan captar liquidez. "Produce un elemento de presión en el coste de la captación de pasivo", explica el regulador. Es decir, probablemente bancos y cajas de ahorros se verán obligados a pagar más para atraer el dinero a sus balances, a recrudecer aún más la actual guerra de depósitos. Y eso al final, pronostica el Banco de España, lo acabarán pagando los clientes en sus créditos.
Aparece así otra amenaza sobre la ya lenta recuperación española. Con la llegada de la crisis financiera, aterrizó también la restricción de crédito (autónomos y empresas se quejan de ello constantemente). La normalización de este mercado es una de las condiciones necesarias para el despegue económico. De ahí, que el encarecimiento de los préstamos (a pesar de que los tipos oficiales del Banco Central Europeo y el euríbor están históricamente bajos) suponga la aparición de otro nubarrón sobre un futuro ya lleno de incertidumbres.
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