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Una menor marroquí acorrala a Il Cavaliere

Un nuevo escándalo sexual acentúa la sensación de fin de época en Italia

En solo cuatro días, Ruby Robacorazones, nombre artístico de una bellísima menor marroquí de 17 años criada en el agreste campo de Sicilia, se ha erigido en la protagonista absoluta de la vida política italiana. Su alucinante viaje desde la miseria de un pueblo de Messina y el yugo de un padre tradicionalista musulmán hasta las discotecas milanesas, el lujo de cartón piedra de la Villa San Martino de Arcore y los regalos y la protección de Silvio Berlusconi, de 74 años, se puede leer como una dolorosa metáfora de la Italia actual, atrapada desde hace 15 años en un reality perpetuo, poblada de velinas de toda raza y condición, incapaz de encontrar una alternativa al populismo televisivo y paralizada por el desgobierno.

El Papa y la patronal condenan los excesos de Berlusconi

El enésimo escándalo gestado en la agitada vida nocturna del primer ministro, conocido gracias a una investigación de la Fiscalía de Milán en torno a una red de prostitución en la que han sido implicados dos viejos íntimos del magnate de la comunicación, el agente Lele Mora y el periodista del canal 4 Emilio Fede, ha acentuado un poco más la sensación de fin de época.

Algunos historiadores, como Corrado Augias, se han remitido a Tiberio, el emperador lujurioso, y han repasado los Anales para subrayar los parecidos entre aquella orgía perpetua, donde los patricios adoptaban a menores y esclavos para darles protección y herencias, y esta actualidad de plasma en la que un primer ministro que convierte en delito la inmigración clandestina permite que llamen a la policía para exigir la liberación de una menor sin papeles acusada de robo aduciendo que es una pariente del presidente egipcio Hosni Mubarak.

Todas las contradicciones y abusos culturales del berlusconismo han sido definidos en una frase por el padre de la joven Ruby Robacorazones: "Estaba enferma de televisión", ha dicho, tratando de explicar su rebeldía y su fuga. El diagnóstico es perfectamente aplicable a Italia, un país anestesiado por sobredosis de televisión, y al propio Berlusconi, que con su alma de animador de cruceros ejerce la política y la vida desde un plató permanente, como si una y otra fueran la prolongación de uno de los programas de sus cadenas privadas.

Algunos medios italianos titulaban ayer sus comentarios con la expresión "La República del bunga-bunga", en referencia al supuesto frenesí sexual que se suele generar, según ha revelado Ruby, tras las cenas en sus villas. Se trata de una broma, ha replicado Il Cavaliere. En el mundo bunga-bunga la verdad no existe. Las reglas tampoco. En todo caso, no pasará nada: la impunidad es el legado de Berlusconi a la historia política.

Ayer, Ruby anunció que escribirá un libro y dejó este resumen de su breve relación con Silvio Berlusconi: "Fue como hacer una visita a Caritas". El Papa, la patronal, la Conferencia Episcopal y la oposición condenaron los excesos del primer ministro.

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