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Cualquiera puede hacer cine en 3D

Ingenio y cámaras domésticas bastan para emular a Cameron en un festival

Desde que, en 1840, Charles Wheatstone inventó la estereoscopía, esto de la imagen tridimensional ha tenido altibajos, pero nunca un auge como el actual (tanto que hasta la última entrega de Torrente se está rodando con esta técnica). Es caro: "Un rig, el aparato que sirve para montar las dos cámaras necesarias para rodar en 3D, puede costar entre 80.000 y 120.000 euros. Alguno, como el de James Cameron en Avatar, no tiene precio", explica José Luis Farias, director del mercado tecnológico 3DWire.

Pero cinco grupos de jóvenes y valientes cineastas demuestran que también se puede hacer por cuatro duros, en el certamen de cine de guerrilla Búscate la Vida. ¿Cine de guerrilla? "Los participantes solo tienen siete días para rodar entre uno y cuatro minutos de corto. El 50% del rodaje debe ser en exteriores. Tienen que salir, además, un espejo roto y un grafiti, y un lema, que es 'siempre estuvo allí", explica el organizador, Asier Muñiz. Y en 3D, claro, tras un breve taller introductorio impartido por 3DWire.

Unos lo han hecho utilizando dos iPhones (Despido improcedente, de Daniel Andrés); otros, con dos cámaras Harinezumi, que imitan el viejo Super8, como Sergio Candel en el corto "cubista" Celada o David Pantaleón en Modismos 3D, una colección de escenificaciones visuales de frases hechas (del tipo tirarse flores).

Todos han construido sus propios rigs caseros, haciendo casi pura trigonometría para cuadrar las cámaras. "Yo lo rodé con dos cámaras fotográficas pequeñitas como la que siempre llevo encima", dice Tommy Llorens, director de Mary, una road movie en moto por el centro de Madrid y rodada en francés. Kike Narcea ha aprovechado las posibilidades de esta técnica para urdir Sucio Maleficio 3D, en plan terror escatológico de serie B.

"Me ha sorprendido bastante", dice Carlos Rubio, guionista de Despido improcendente, un corto sobre un proyeccionista, un cine vacío y un cadáver, "piensas que no hay acceso, que requiere mucha pasta, y resulta que con dos iPhone 4 se puede grabar un corto en 3D. Y queda bastante bien". "Este es un campo muy poco explorado, muy verde, y esta iniciativa es un banco de pruebas muy interesante", resume Farias.

El resultado se puede ver hoy, con ayuda de esas gafas con un filtro rojo y otro azul, a las 21.30 en La Boca del Lobo (Echegaray, 11). El resto de cortos del certamen, en dos dimensiones, se proyectarán en el centro social La Tabacalera (Embajadores, 51) a las 18.00.

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