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Entrevista:RAMÓN JÁUREGUI ATONDO | Ministro de la Presidencia

"Soy muy escéptico con que veamos un final total por disolución de ETA"

Luis R. Aizpeolea

José Luis Rodríguez Zapatero le sorprendió en Estrasburgo la noche del 20 de octubre cuando le comunicó que iba a ser ministro de la Presidencia. También bromeó con él recordándole la considerable demanda que había en el PSOE y fuera de él para que le nombrara ministro. Ramón Jáuregui (San Sebastián, 1948) llevaba año y medio en el Parlamento Europeo, pero a su regreso a la política nacional ha encontrado los ánimos en el PSOE y su entorno mejor de lo que esperaba.

Pregunta. El nuevo Gobierno ha entrado con fuerza, pero solo tiene año y medio para dar la vuelta a las encuestas. ¿Es posible?

Respuesta. El objetivo principal del Gobierno no es que remonte el PSOE sino que España encarrile su recuperación económica y cree empleo. Es la condición para una recuperación electoral.

"Trabajamos para colocar al presidente de nuevo en el cartel electoral del PSOE"
"El objetivo no es el remonte del PSOE, sino recuperar la economía"
"Rotundamente: no hay negociación con ETA ni con Batasuna"
"Concluir que la banda ha terminado y Batasuna ha roto requiere tiempo"

P. ¿Cree que con la recuperación económica es posible remontar la diferencia con el PP?

R. La recuperación de la confianza electoral es posible con una oposición como la del PP, que está mostrando que su única apuesta es por el fracaso del país. Hay espacio para recuperar la confianza ciudadana no solo del electorado clásico del PSOE sino del espacio centrista que ve a un Gobierno responsable y reformista frente a una oposición que oculta sus propuestas a los problemas de España. Fue un auténtico escándalo en Europa que el PP no apoyara el ajuste de mayo cuando el euro estaba al borde del abismo.

P. ¿Cuál es el objetivo del nuevo Gobierno?

R. El principal reto es llevar a cabo la agenda reformista que el Gobierno realiza desde hace años por la modernización, la diversificación del aparato productivo y la internacionalización de las empresas. Esa agenda necesita de un país que se la crea, vertebrarlo en torno a esos objetivos, darle impulso político a la acción del Ejecutivo y acercarla la ciudadanía. Lo haremos estructurando nuestras prioridades, actualizando nuestro calendario legislativo y concretando nuestros planes.

P. Esa política reformista la asume el Gobierno a fondo tras la crisis de la UE en mayo. ¿No cree que no ha sabido explicarla?

R. El Gobierno, desde el inicio de la crisis, hizo una apuesta por una acusadísima política de cohesión social hacia los sectores que más pagaban la crisis. Desde fines de 2009, la manera tan exagerada con que han reaccionado los mercados a las deudas soberanas ha exigido a todos los países de la UE unas políticas de consolidación fiscal brutales. Lo que ha llevado a que el presidente adopte medidas de gran responsabilidad, valentía y coraje porque ha tenido que reducir el gasto al convertirse en una exigencia inapelable. Esas medidas se han tomado en toda la UE. Pero Zapatero no ha perdido la cara a su objetivo de cohesión social. Aquí no va a haber expulsión de funcionarios como ha hecho Cameron. Para ajustar el déficit hay políticas de izquierdas y de derechas.

P. Pero ese giro no se ha sabido explicar, a juzgar por las encuestas.

R. La explicación de la política del Gobierno es una parte importante, pero lo importante es la política misma y no podemos agotar nuestra misión en explicar las cosas solo. Nuestra misión fundamental es que la acción del Gobierno responda a las exigencias de la España del momento. Si no somos capaces de liderar al país en esta vertebración para que España realice la política de reformas, no habremos hecho nada. Esa política está dibujada, necesitada de impulso político y de una fijación de prioridades.

P. ¿No teme que con un bajón del PSC en las elecciones catalanas se deshinche el globo del cambio de Gobierno?

R. Montilla está haciendo una magnífica campaña electoral. En Cataluña, el resultado no está escrito ni mucho menos, aunque las encuestas sean adversas. Y si este resultado adverso se produjera, la senda del Gobierno es autónoma. Mi contacto con el Gobierno, con el partido, me ha proporcionado una imagen muchísimo mejor de la que se percibía desde fuera hace solo diez días. Hay un partido con un entusiasmo por el impulso político, que no se vivía en años. Y eso marca una oportunidad. El Gobierno no va a estar aislado del partido. Y cuando el partido se moviliza se avanza mucho.

P. ¿Va a ser Rubalcaba el sucesor de Zapatero?

R. No. Zapatero es el sucesor de Zapatero. No hay otra expectativa ni ninguna otra opción en nosotros. Trabajamos para un presidente al que queremos colocar de nuevo en el cartel electoral del PSOE para ganar.

P. ¿Cuáles van a ser sus tareas?

R. Impulsar la acción legislativa del Gobierno y ayudar a sacarla adelante en las Cortes. Coordinar la acción del Gobierno con Presidencia y Vicepresidencia y repartir los muchos negociados que la vicepresidenta ejercía de modo muy personal.

P. ¿Es usted el ministro de las cuestiones vascas del Gobierno?

R. No he sido llamado aquí para negociar nada en esta materia. Los responsables son el presidente y el vicepresidente. Ayudaré dando mi opinión.

P. Usted dijo el martes que la expectativa de un fin de la violencia de ETA es razonable en este contexto. ¿A qué se refería?

R. La estrategia antiterrorista de los últimos diez años ha sido un éxito. Me remonto al pacto con el PP del año 2000 e incluyo el proceso de 2006. Y, sobre todo, la colaboración francesa con la acción judicial y la ilegalización de los espacios políticos vinculados a ETA. Eso ha culminado con una fase histórica en el País Vasco, de una sociedad ansiosa de paz, y con un movimiento reflejo en Batasuna muy fuerte en favor de una opción política sin violencia. Estas claves nos permiten hablar de una expectativa de fin de la violencia. Soy muy escéptico con que veamos un fin total de ella por disolución de ETA. No creo que ETA llegue a manifestarlo porque desgraciadamente siempre habrá quien quiera poner un precio a su abandono.

P. Si ETA declara un alto el fuego permanente, verificable y con vocación de definitivo, que es lo que le ha pedido Batasuna, ¿sería suficiente?

R. Prefiero no especular. Si se produce, lo analizaremos. Mientras, no podemos enredarnos.

P. El portavoz del PP, Esteban González Pons, dice que parece que el Gobierno negocia con ETA.

R. Ha habido una reacción desbocada de políticos y medios de comunicación con las expectativas que Batasuna ha creado. Tenemos que tener claras las posiciones de firmeza y pedir más prudencia en la medida que reaccionamos a algo que va en determinada dirección, pero que aún no ha presentado pruebas fehacientes. El Gobierno está convencido de que la unidad es esencial en su estrategia, que no va a alterar.

P. ¿No hay negociación del Gobierno con ETA o del PSE con Batasuna?

R. Rotundamente, no.

P. Batasuna pretende presentarse a las elecciones. ¿Sirve una condena de la violencia?

R. Tiene que desaparecer la violencia y yo creo que no va desaparecer. Lo exigible es que ETA rompa con la violencia y dé garantías al sistema democrático, que se aclare que no es una táctica. Ha habido muchas experiencias como para que la estrategia antiterrorista no se deje engañar. Es imprescindible que el conjunto de la sociedad llegue a la conclusión de que ETA ha terminado y Batasuna ha roto. Eso requiere más tiempo para constatar que los movimientos de que nos hablan son fehacientes, definitivos e irreversibles. Es entonces cuando la democracia puede decidir si juega en la democracia, porque si no los principios que sustentan la Ley de Partidos estarían vulnerados.

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