El Ejército británico torturó en Irak
El manual incluía técnicas para provocar asfixias, causar miedo o impedir el sueño
Asfixia, humillación, desorientación, aislamiento e imposibilidad de dormir más de cuatro horas seguidas son métodos de interrogatorio de prisioneros recogidos en los manuales de tortura del Ejército británico tras la invasión de Irak en 2003. El Ministerio de Defensa británico investiga esas técnicas, contrarias a la Convención de Ginebra, y un centenar de casos de víctimas llegarán pronto a los tribunales.
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