Zapatero coloca a Marcelino Iglesias como punto de unión con Rubalcaba
El presidente de Aragón será el 'número tres' del PSOE al frente de Organización
Si algunos de los cambios en el Gobierno han sorprendido sobremanera, la llegada del presidente de Aragón, Marcelino Iglesias, a la Secretaría de Organización del PSOE, es decir, como número tres del partido, se ha llevado la palma de oro. Con este movimiento, el líder socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, ha propiciado una doble crisis: en el Gobierno y en el partido. El cambio en el PSOE, además, está rodeado de una gran paradoja. Leire Pajín ha tenido mucho que ver con la elección de Marcelino Iglesias como su sustituto, al que el resto de los dirigentes recibirán con los brazos abiertos, al tiempo que buena parte de ellos deseaba la salida de Pajín.
La nueva ministra de Sanidad ha conducido su propia sustitución, en plena coincidencia con Zapatero, a sabiendas de que una parte de los miembros de la cúpula del aparato, que ella ha dirigido desde julio de 2008, querían su salida. Por tanto, todos satisfechos con esa suerte de cuadratura del círculo.
Una vez más, José Luis Rodríguez Zapatero se sitúa por encima de las rencillas internas de su partido y hace abstracción de lo malas, o al menos tirantes, relaciones entre algunos de sus dirigentes. A él lo que le importa es dar un impulso a la labor del partido y que esté en plena conexión con la línea política que difunda el nuevo vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba. Y esto es lo que le dijo a Marcelino Iglesias para convencerle de que tenía que ocupar la Secretaría de Organización. Al tiempo, da el mensaje claro de que Leire Pajín cuenta con todo su apoyo y la nombra ministra de Sanidad, Igualdad y Políticas Sociales para que defienda "la agenda social" del Gobierno.
Quienes conocen cómo se ha tejido la crisis señalan que Zapatero y Leire Pajín habían convenido que el presidente aragonés cumplía todos los requisitos para ocupar esta tarea. Al propio tiempo, Zapatero también lo había hablado con Rubalcaba y Blanco, y todos ellos lo consideraron acertado.
La decisión se adoptó el pasado lunes por la tarde, después de varias horas de conversación a solas entre Zapatero y Marcelino Iglesias. Los planes del político aragonés de dedicarse a la política nacional se adelantaron.
Antes de la cita de la tarde del domingo, ambos departieron extensamente dos semanas atrás en Zaragoza. No hubo una oferta concreta, salvo que su futuro estaba en Madrid. El presidente estuvo en la capital aragonesa para apoyar a Eva Almunia como sucesora de Iglesias en la candidatura para la presidencia de la región en las elecciones del próximo mes de mayo. Almunia, vocal de la Ejecutiva Federal del PSOE y secretaria de Estado de Educación, mantiene una estrechísima relación de amistad con Leire Pajín. La operación trazada consiste en que Iglesias ocupará la Secretaría de Organización desde el próximo sábado, cuando Zapatero proponga al Comité Federal que el sillón de Eva Almunia en la ejecutiva sea ocupado por Marcelino Iglesias. La candidata a la presidencia de Aragón abandona la Secretaría de Estado para formar parte del Gobierno aragonés, como consejera de la Presidencia, a cuyo frente seguirá Iglesias hasta después de las elecciones de mayo.
Este es el pacto con Zapatero. Iglesias compatibilizará hasta los comicios autonómicos de primavera la presidencia del Ejecutivo autónomo y la Secretaría de Organización, por lo que su tarea como próximo jefe del aparato será "muy política". En su entorno se asegura que junto a Rubalcaba y Blanco llevará adelante las líneas políticas estratégicas que partido y Ejecutivo deben llevar al unísono. Con esta apelación a la "estrategia política", en el entorno de Marcelino Iglesias se deja claro que el secretario de Organización delegará en otras personas la resolución de los asuntos más cotidianos del partido, que en muchos casos se relacionan con conflictos. Iglesias mantiene una excelente relación con los barones territoriales del PSOE y una especial cercanía con el partido hermano, el PSC, y con el socialismo vasco.
En el reparto de papeles, José Blanco, vicesecretario general y número dos del PSOE, coordinará las campañas electorales municipal y autonómica. El equipo electoral se formará en los próximos días y además de dirigirlo Blanco, le asistirán dos vicecoordinadores: Gaspar Zarrías, para la campaña autonómica, y Antonio Hernando, para la municipal. Con todos ellos, Iglesias mantiene una buena relación.
Todo el partido sabe que dentro de la actual ejecutiva la armonía no ha presidido las relaciones entre Pajín y otros dirigentes. Las continuas elucubraciones sobre si se preparaba su sustitución no han ayudado a que el clima fuera bueno. "Había desconfianza de Pajín hacia algunos de sus ejecutivos, los más cercanos a Blanco, y viceversa", reconocen fuentes de Ferraz. Otros interlocutores reconocen que Pajín no ha tenido buena suerte ya que le ha tocado la etapa más dura al frente del partido debido a la profunda crisis económica, los recortes sociales, la distancia con los sindicatos y los problemas internos.
Pero empieza una nueva etapa en el PSOE que se verá con claridad el próximo sábado en el Comité Federal. Los barones territoriales que pedían "gestos y cambios" ya los tienen.
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