La encrucijada
La entrevista de Arnaldo Otegi a EL PAÍS confirma con más rotundidad que nunca la decisión del dirigente abertzale encarcelado y del antiguo brazo político de ETA de que su apuesta por el final del terrorismo es irreversible.
Pero las exigencias del Gobierno y de la dirección del PNV, que admiten el paso adelante de Otegi, le sitúan en una encrucijada cuando le ponen como condición para que su apuesta sea creíble que logre el cese definitivo de ETA o, en caso contrario, que rompa con la banda terrorista. Otegi -lo dice en la entrevista- descarta la ruptura con ETA y lo juega todo a lograr convencerle del cese definitivo de la violencia. Para eso necesita tiempo.
Pero no parece fácil que ETA declare un cese definitivo para mayo de 2011, cuando se celebran las elecciones municipales. En esas condiciones, Zapatero lo confirmó ayer. Tratará de impedir que la izquierda radical participe en las elecciones porque está convencido de que solo esa presión en cadena puede lograr el final definitivo de ETA, que nunca ha estado tan cerca.
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