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Reportaje:El mapa del extremismo

Fórmulas para seleccionar imanes

Así eligen y forman a los clérigos islámicos en cuatro países

Cómo seleccionar a los imanes o combatir a los clérigos más radicales varía mucho de unos países a otros. Así lo hacen Alemania, Turquía, Francia y Reino Unido.

- Alemania: un curso universitario. Con 30 estudiantes, la universidad de Osnabrück acaba de estrenar el primer curso para imanes islámicos en una institución publica en Alemania. Para la ministra de Integración de Baja Sajonia, Aygül Özkan, es "un trabajo pionero", mientras el presidente del Centro de Estudios Interculturales Islámicos, Bülent Ucar, opina que es "un trozo de historia de la integración". Estos guías espirituales participan en un curso de perfeccionamiento (que recibió tres solicitudes por cada plaza) de dos semestres que pretende favorecer la integración de musulmanes en Alemania. Los alumnos aprenderán a guiar a los fieles para convivir y participar activamente en la sociedad.

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Las asignaturas incluyen un curso de perfeccionamiento del alemán, así como de historia y política del país y pedagogía para la intermediación con los fieles. La materia "tolerancia interreligiosa" prevé una clase un rabino y visitas guiadas al museo judío de Berlín y a un campo de concentración nazi.

Con este modelo, sus patrocinadores (los Gobiernos federal y del land, y la universidad) quieren eliminar de raíz el problema de los predicadores de odio y los fundamentalistas. Según un estudio de la misma universidad los imanes que rechazan la democracia y difunden una cultura antisistema son solo una parte muy pequeña de los 2.000 que hay en Alemania.

Martina Blasberg-Kuhnke, vicepresidenta del curso, explica por qué es una iniciativa clave: "Los imanes juegan un papel fundamental por su trabajo con las comunidades, las religiones y la sociedad en general. Tienen mucha influencia en las familias y en la manera en la que los musulmanes practicantes eligen vivir sus vidas".

- Turquía: funcionarios. En Turquía, un Estado laico donde la población es musulmana, un inmenso aparato burocrático dependiente del Ministerio de Asuntos Religiosos cuida de la vida espiritual; contrata a los imanes, les marca las líneas de sus sermones, y controla las escuelas religiosas y los lugares de culto. El objetivo es asegurarse de que su misión se circunscriba a la administración del culto.

Los imanes son funcionarios y están sujetos a la expulsión si no atienden las directrices de Ankara. Los sermones de los viernes, el único que el imán da a sus fieles, se publican en varias webs estatales. Además la brigada de información de la policía vigila las mezquitas más problemáticas.

Esta relación laboral, única en el mundo árabe, también les obliga a asistir a cursillos de perfeccionamiento profesional. Desde hace un par de años y debido a las numerosas quejas de vecinos, a los muecines de las 3.000 mezquitas de Estambul se les anima a acudir a clases de canto para mejorar la llamada al rezo.

- Francia: decide cada mezquita. En Francia, donde existen unos 2.000 imanes, no hay una norma clara para su elección. Esta depende de cada mezquita, en concreto, de la asociación cultural u organismo que la mantiene. Pero sí que existe una ley que permite expulsar imanes (o cualquier otra persona) que en la mezquita o fuera de ella incite a alterar el orden público. Basándose en esa ley, en enero fue expulsado un imán por incitar a la violencia yihadista. Tampoco esto ocurre a menudo: en los últimos diez años, han sido expulsados solo veinte imanes.

- Reino Unido: el palo y la zanahoria. El Reino Unido utiliza esa técnica para combatir a los imames radicales. El palo, endureciendo las leyes para poder así procesar con más facilidad a quienes utilizan el púlpito para lanzar soflamas ilegales. La zanahoria, poniendo en marcha programas a largo plazo para evitar la radicalización de los responsables de enseñar y difundir la fe musulmana.

En el primer apartado destaca el endurecimiento de la legislación con la ley antiterrorista de 2006, que introdujo el delito de "incitación al terrorismo" precisamente por las proclamas radicales en una mezquita del norte de Londres.

Pero Londres confía sobre todo en la educación y la colaboración como mejor arma para combatir el radicalismo religioso, tanto en sus aspectos políticos como sociales. Un informe que ha publicado esta misma semana el Ministerio de Comunidades y Gobierno Local defiende la necesidad de actuar a varios niveles: oficializar los estudios de Ciencias Islámicas en la educación secundaria; facilitar el reciclaje de los líderes religiosos, entendiendo como tales no sólo a los imanes de las mezquitas, sino capellanes, maestros, instructores, académicos y trabajadores sociales; o crear una licenciatura de Estudios y Ciencias Islámicos y programas de posgrado en áreas como desarrollo comunitario, relaciones entre distintas religiones y políticas sociales.

Elaborado por Laura Lucchinni (Berlín), Blanca L. Arangüena (Estambul), Antonio Jiménez Barca (París) y Walter Oppenheimer (Londres).

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