Hernández elude su responsabilidad en el fracaso de la autovía de Carballo
El conselleiro culpa al bipartito y a la "borrachera económica" de Zapatero
Lejos de asumir el más mínimo atisbo de responsabilidad en el fracaso del segundo concurso para la autovía Carballo-Berdoias, recientemente anulado por la Consellería de Infraestructuras, su titular, Agustín Hernández, acudió ayer al Parlamento para cargar contra los que considera culpables. No son otros que Zapatero, por los efectos en Galicia de su "borrachera" presupuestaria, y el Gobierno bipartito, que le dejó encima de la mesa "una bomba de relojería". La oposición tiene otra tesis. La renuncia al concurso, que sólo estaba pendiente de ejecución, se debe a que "lo descubrieron in fraganti", acusó la nacionalista Teresa Táboas. Pablo López Vidal, del PSdeG, coincidió con ella: "Lo hemos pillado con las manos en la masa, amasando una gran fortuna".
"Rectifica porque lo cogimos con las manos en la masa", acusa el PSdeG
Hernández compareció a petición propia en comisión parlamentaria, dos días antes de que el pleno debata la comisión de investigación que reclaman los socialistas. Se trataba de aclarar la anulación del concurso, que, según el conselleiro, iba a ser adjudicado en cuestión de días cuando, el pasado 23 de junio, el PSdeG desveló en el Parlamento un sobrecoste de 395 millones de euros respecto al proyecto que manejaba el bipartito, y que el Gobierno de Feijóo decidió rescindir. El 6 de octubre, en medio de una investigación del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) y tras la dimisión de la directora general de Infraestructuras, que presidió la mesa de contratación, la consellería renunció oficialmente a celebrar el contrato con el grupo de empresas seleccionadas.
La única razón de la renuncia y del inicio de un nuevo proceso licitador se debe "al cambio del escenario presupuestario actual", aseguró Agustín Hernández. A través de un nuevo pliego de condiciones, se aplicará un modo de licitación distinto, basado en el denominado canon de disponibilidad, que posibilita "mejores condiciones económicas". Hasta ahora, Infraestructuras hablaba de 215 millones de euros de ahorro. Ayer, Hernández lo elevó hasta los 300 millones. Las explicaciones del conselleiro sirvieron la curiosidad de la oposición en bandeja. "Si este sistema es tan ventajoso, ¿por qué no lo usó antes?", le interpeló Táboas. La pregunta quedó sin contestar.
En cambio, defendió el conselleiro la legalidad del procedimiento, y recriminó a la oposición por reprocharle el sobrecoste de un contrato no firmado. Hernández afirmó que la renuncia a un concurso público no es un procedimiento "infrecuente". De hecho, encontró dos ejemplos: el de un paso subterráneo en Madrid y el de una campaña de la Junta de Extremadura.
Hernández no escatimó críticas a la tramitación de la autovía anterior a su llegada a la Xunta, cuando se llegó a un acuerdo, rechazado después por el conselleiro, para ejecutarla por 584 millones de euros. Lamentó que el bipartito "no fuera capaz de sacar adelante el proyecto" y que el entonces presidente, Emilio Pérez Touriño, pusiera una primera piedra de las obras cuando la concesionaria, Ferrovial, ya había presentado una petición de reequilibrio financiero, tras perder el apoyo del BBVA. "Ahora intentan poner esa primera piedra en nuestro camino, pero pasaremos por encima de ella y la autovía saldrá adelante", clamó.
La oposición rechazó las explicaciones del conselleiro. López Vidal se preguntó qué hubiera pasado si el secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, no hubiera denunciado el caso y si el TSXG entrado "a saco" en el asunto, al admitir a trámite la denuncia de una de las empresas descartadas. Se trata de Iridium, que planteaba mejores condiciones económicas: 764 millones de euros, frente a los 979 de Acciona, seleccionada por la mesa de contratación. Pero Iridium fue penalizada y perdió dos tercios de su puntuación. Para contrastar sus datos con los de Acciona recurrió primero a la vía judicial. Hernández insistió ayer en negar la información, que también reclaman Parlamento y TSXG, decisión que basó en su "confidencialidad".
"Chantaje" de Ferrovial
En su primera intervención ante la comisión parlamentaria, Agustín Hernández reivindicó sus decisiones respecto a la autovía Carballo-Berdoias, entre críticas hasta ese momento más o menos veladas a la "herencia" del bipartito respecto a ese expediente. El tono subió con las intervenciones de la oposición, pero sobre todo con la del diputado del PP Alejandro Gómez, que se lanzó contra el PSdeG, al que acusó de "no asumir" la derrota en las autonómicas. Según Gómez, el contrato que rescindió Feijóo se fraguó tras una "baja temeraria" del adjudicatario, un grupo liderado por Ferrovial y Taboada y Ramos. "Adjudicaron a sabiendas de que era imposible construir la autovía a ese precio, y eso se llama fraude de ley", acusó.
Contagiado del tono del diputado popular, también el conselleiro cargó ya no contra el bipartito, sino contra la empresa adjudicataria, a la que la Xunta del PP pagó 4,1 millones en compensación por los gastos acometidos antes de la rescisión del contrato. Hernández calificó de "chantaje" las propuestas de reequilibrio financiero que presentó Ferrovial tras perder el apoyo del banco que avalaba su proyecto.
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