Arquitectura combativa contra la mediocridad
Dos intervenciones en Alicante destacan entre los premios FAD
La primera vez que Francisco Levia fue a ver el pequeño solar en las afueras de Rafal (Alicante), en donde su equipo había ganado el concurso para construir un instituto de secundaria, lo que allí encontró eran campos de naranjos. Corría el año 2003 y la burbuja inmobiliaria aún se estaba hinchando. "El proyecto se atrasó. La siguiente vez ya había viales y estaba todo listo para construir unas espantosas viviendas unifamiliares, cada una con su jardincito privado y sin ningún espacio público en la urbanización", comenta Levia. "Decidimos cambiar el proyecto y distanciarnos por completo del contexto, cerrar el instituto sobre sí mismo y construir un entorno interior lo más apasionante posible". Aunque aún falta una importante parte de ajardinamiento interior que modificará por completo el aspecto del duro hormigón que ahora dan los patios, el proyecto impactó y el miércoles ganó el premio FAD en la categoría de arquitectura en una digna y dura disputa con el Centro de Tecnificación del Embalse Gabriel y Galán de Cáceres, de José María Sánchez, que acabó recibiendo una mención.
El jurado, que presidía Jordi Garcés, calificó el IES Rafal de Francisco Leiva, director junto a la paisajista María García del multidisplinar Grupo Aranea, de "oasis" y resaltó la "espléndida naturalidad" con la que resuelven el programa educativo. Para Levia fue "un trabajo de emergencia, un reto complicado ante un contexto en el que tienes que posicionarte". "Es un proyecto militante, combativo, aunque no queremos encasillarnos y nos gusta también hacer edificios sensuales y abiertos".
Es curioso que el otro gran premio arquitectónico de estos FAD, el de ciudad y paisajismo, también se haya ido a Alicante. Aquí lo que se ha premiado es la bella sutileza de Carles Ferrater, último Premio Nacional de Arquitectura, y de Xavir Martí a la hora de coser la relación entre los rascacielos de Benidorm y su playa de poniente. Su proyecto de paseo marítimo es ya uno de los grandes hitos del paisajismo reciente gracias, según el jurado, a su "espléndida y sofisticada topografía".
En interiorismo los premios han demostrado en esta edición mayor originalidad. El galardón ha recaído en una propuesta de Merche Alcalá y Marion Dönneweg que consiste en una barra para cócteles que puede ser trasladada a través de módulos al estilo de las suitcases de los conciertos. "Lo que nos interesa es definir el proyecto desde el inicio, no solo la forma sino también su concepto, como antes hicimos con las Happy pills", comenta Alcalá. Más tradicional, el galardón en la categoría de espacíos efímeros recayó en el montaje de los hermanos Aires Mateus para la exposición Weltliteratur en la lisboeta Fundación Gulbenkian.
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