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Reportaje:(PRE)PARADOS / 11

Me han despedido... ¿y ahora qué?

Completar la formación con cursos y posgrados, montar un negocio, opositar e irse al extranjero a perfeccionar un idioma, entre las salidas más habituales

Victoria Torres Benayas

"Paradoja surrealista". Así define Fátima Vasco, de 30 años, el hecho de ser una orientadora laboral en paro. Busca empleo desde julio, cuando la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento de la localidad malagueña de Estepona cancelaron "por motivos económicos" el Servicio Integral para el Empleo en el que trabajaba. Diplomada en Educación Social y licenciada en Pedagogía, envía currículos mientras piensa qué hacer ahora. "Puede que un máster, unas oposiciones, montar una academia, irme con cualquier cosa a Malta o Londres por el inglés...".

No es fácil decidir, sobre todo sabiendo que el 16,4% de los universitarios de entre 25 y 29 años está también en paro, el doble que en 2008, según la última EPA. Y sin embargo, el primer despido es, a juicio de todos los expertos consultados, un buen momento para replantearse el futuro. Rafael Saiz, coach especializado en alto rendimiento, recomienda empezar por preguntarse '¿qué quiero hacer?', por consultar a familia y amigos "para qué vales" y por decidir si quieres ser "empleado, autoempleado o empresario". "Con el finiquito puedes pensar en montar tu empresa", recuerda Saiz a un país tradicionalmente poco emprendedor en el que hay casi tantos funcionarios como empresarios y autónomos.

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Pero esta generación parece distinta. Según un estudio de Metroscopia para la Fundación Bertelsmann de 2009, a más de la mitad de los jóvenes le gustaría constituir su negocio. Pero la mayoría lo que quiere es un trabajo que se ajuste a su currículo, una aspiración difícil de alcanzar teniendo en cuenta que un 44% de los jóvenes licenciados desempeña un oficio inferior a su capacidad, según la OCDE. Aunque varios especialistas aconsejan apurar al máximo antes de rebajar el listón, César Castel, director de Operaciones de Adecco Professional, pide a los jóvenes lo contrario, que sean "realistas e intenten cuadrar su interés a la demanda del mercado".

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Carlos Alemany, director de la empresa de cazatalentos Korn/Ferry en España, recomienda soñar y ser prácticos: "Hay que tener un plan A y un B por si el primero falla, y es normal que pase". Cuando el A y el B fallan, muchos ven como única salida seguir estudiando. "Es el momento de invertir en formación", subraya Rodrigo Barahona, director de Selección de la consultora Tea-Cegos, que añade que debe ser "lo más concreta, corta y operativa posible". Alemany también apuesta por "un máster, a ser posible en el extranjero". En la formación "no vale la enlatada, sino la que te diferencie".

Eso hizo Ricardo Coloma, consultor de 29 años, que se marchó a la Universidad de Berkeley (California) tras quedarse en paro en junio. "Fui el último en llegar y el primero en salir", explica sobre su despido de una de las cuatro grandes consultoras. Acaba de volver con un curso de contabilidad financiera americana y espera que este "valor añadido incline la balanza" a su favor. Beatriz Zotes, bilbaína de 30 años, también ha optado por ampliar sus estudios. Licenciada en un campo "de hombres", Ingeniería, no duda de que perdió su trabajo por ser mujer. "Anuncié que me casaba y el jefe me dijo que en breve estaría embarazada. Supe que me iban a echar porque, para ellos, yo ya no era Beatriz sino un útero", se lamenta. Como lo veía venir, poco antes de acabar en la calle se matriculó en un "máster por la UNED". A finales de septiembre terminan las prácticas de su posgrado. "Y entonces, ¿qué?", se angustia.

En los estudios, la estrella son los idiomas. "Si antes abría puertas hablar inglés, hoy las cierra todas no hablarlo", enfatiza Barahona. "Es absolutamente necesario dominar otros idiomas", subraya Saiz, que apunta al inglés y a "lenguas potenciales" como árabe o chino. Los expertos también aconsejan perder el miedo y los complejos a salir fuera, donde según Alemany "los españoles son muy valorados por su creatividad y capacidad de improvisación". En este sentido, Sandalio Gómez, catedrático de Recursos Humanos del IESE, recuerda que un "mundo global requiere una mentalidad global" y pide a los jóvenes que dejen de buscar en España para hacerlo "en el mundo". "No es una maldición como lo era en los cincuenta irse a Alemania, sino una experiencia enriquecedora". Pero Gómez advierte del peligro de una huida masiva de cerebros. "Y una vez que se han ido, cómo los recuperas".

Ceferí Soler, profesor de Recursos Humanos de ESADE, lanza un mensaje esperanzador: "Van a encontrar trabajo, pero a más largo plazo de lo que esperan y les gustaría". A su juicio, el problema es que "frente a un mercado inmóvil y rígido" hay una "generación preparada, autoexigente pero consentida, demasiado cómoda y sin idiomas" que deberá "adaptarse a trabajos temporales que más adelante les permitirán optar a otros más estables" pero con "paciencia", porque estamos ante una época "incierta y compleja".

Frente a las opciones racionales, siempre hay quien piensa en el "ahora o nunca". Carlos de Prado "lo tenía en mente" desde que empezó a "oler mal" en su empresa. Publicitario de 29 años, fue despedido "en una limpia" en plena crisis. A la semana, ya tenía el billete; a las dos semanas, aterrizó en Tailandia. Durante dos meses recorrió el sudeste asiático para "ver más allá, entender más allá". A su regreso, intentó montar su propia empresa, pero no fraguó. La agencia que le contrató hace unos días valoró que sea capaz de intentarlo, aunque salga mal.

Fátima Vasco, pedagoga desempleada de 30 años.
Fátima Vasco, pedagoga desempleada de 30 años.GARCÍA SANTOS
Beatriz Zotes, ingeniera bilbaína de 30 años que cursa un máster tras quedarse en paro.
Beatriz Zotes, ingeniera bilbaína de 30 años que cursa un máster tras quedarse en paro.SANTOS CIRILO
Desde que una joven universitaria en paro lo redacta hasta que llega a una agencia de selección. A diferencia de los miles de currículos que se envían a diario sin que sepamos si están bien o les falta algo, éste va a tener la suerte de ser analizado por una experta, que nos explicará cómo mejorarlo, lo que nunca hay que hacer y otros consejos para llamar la atención a los empleadores.Vídeo: L. ALMODÓVAR / P. CASADO / A. DE LA RÚA / V. TORRES

En cifras

- La tasa de paro de los universitarios de entre 25 y 29 años es el 16,4%, el doble que en 2008.

- La mitad de los jóvenes de entre 16 y 35 años tarda al menos un año en encontrar trabajo tras sus estudios, según una radiografía del INE (2010) sobre la incorporación de los jóvenes al mercado laboral.

- Uno de cada cinco jóvenes mantuvo su primer trabajo entre uno y dos años. Al 14,7% le duró menos de cinco meses (INE).

- En los Servicios de Empleo hay registrados 421.590 menores de 25 años. La cifra no baja de 400.000 desde diciembre de 2008. Su menor cota en ocho años fue en julio de 2007: 220.524

- Seis de cada diez jóvenes señalan el paro como su principal problema, según un sondeo de la Fundación Bertelsmann. Solo a un 4% le preocupan los salarios bajos y a un 7%, la precariedad.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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