"Somos los títeres de la pelea entre las empresas y el Ayuntamiento"
Los empleados de la limpieza municipal, que aún no saben si cobrarán a fin de mes, denuncian la escasez de medios que les impide hacer bien su trabajoEl recorte ha afectado a las contrataciones de verano, las bajas y las jubilaciones
"La gente tiene miedo y un estrés acojonante". Esa frase resume la situación de los empleados de limpieza viaria y recogida de basuras que trabajan para las empresas concesionarias del Ayuntamiento de Madrid. La pronuncia Juan Antonio Verdugo, de 41 años, 20 de ellos en este trabajo.
Desde que el pasado jueves la asociación de empresas de limpieza pública (Aselip) comunicó a los sindicatos que no podían asegurar la nómina del mes de septiembre, hay inquietud entre los empleados. Y enfado. "Es una injusticia. Nosotros estamos en medio de la pelea entre las empresas y el Ayuntamiento. Somos los títeres y nos están utilizando para presionar", se queja Juan Antonio. Él trabaja para FCC como conductor de un camión de recogida de basura.
"Hay zonas en que la basura se recoge 48 horas después de lo debido"
Iván Ortín, de 37 años, elige otro sustantivo: "Angustia". Es operario de limpieza viaria. Trabaja para una empresa distinta, Cespa. Pero la amenaza es la misma. "No tenemos ninguna garantía de poder cobrar en septiembre", cuenta. Ortín lleva 15 años trabajando en esto, y no recuerda nada parecido. "De lo que yo he vivido, es la crisis más gorda. Nunca me había pasado eso de tener dudas de si voy a cobrar a fin de mes".
La noticia llega en mal momento. Y es que, como explica Ortín, las condiciones de trabajo han empeorado desde que el Ayuntamiento anunciara en mayo que iba a renegociar a la baja los contratos con las empresas concesionarias. Un 15% menos. Unos 25 millones de euros de ahorro para las arcas municipales, que tienen otra traducción para los trabajadores. "Las condiciones son bastante peores. Se han ampliado las zonas de trabajo y no se han cubierto los puestos de la gente que se ha ido de vacaciones este verano".
Resultado: "La gente se queja. Las calles están llenas de guarrería. Y lo malo es que los vecinos le echan la bronca al barrendero que encuentran en su barrio. Te cogen y te ponen verde, en vez de llamar al 010 y trasladar la queja al Ayuntamiento. Al que puedes le explicas lo que pasa. Y algunos te entienden, pero otros no".El otoño no ayuda a que la cosa mejore. "Cuando venga la recogida de la hoja y la campaña de Navidad no sé por dónde vamos a salir", cuenta Iván Ortín, operario de limpieza viaria. Para la hoja tendremos que hacer el trabajo que realizaban antes 30 o 40 trabajadores que este año no van a estar".
Lo mismo piensa Juan Antonio Verdugo. "Estamos aguantando unas condiciones de trabajo exageradas". Y enumera: "Hay menos vehículos de recogida, menos mecánicos, la empresa está obligando a mucha gente a doblar turno, el trabajo es menos eficiente". Él conduce su camión de recogida de basura siete horas y 20 minutos al día, y comprueba que las cosas van a peor. Por ejemplo, en la recogida de residuos del contenedor amarillo. Antes era diaria. Ahora, "hay zonas en que se recogen 48 horas después de lo debido". Así, se encuentran todo tirado por el suelo, lo que ralentiza su trabajo. Y la gente se queja de la suciedad. Verdugo trabaja en Canillejas, pero las quejas llegan de todos los distritos.
"Es la peor época para trabajar con el Ayuntamiento", reitera Jesús María Rodríguez, de 47 años, operario de mantenimiento de parques y jardines. "No se ha contratado a gente por vacaciones, las bajas y las jubilaciones no se cubren. Pero nosotros tenemos que seguir haciendo el mismo trabajo". Así que, si antes había que podar ocho árboles en un día, ahora solo pueden podar cuatro. Lo que también repercute en cómo lucen los jardines.
Pero Rodríguez no se queja. Su empresa, Sufi, SA, les ha dicho que va a pagar este mes, que no habrá problemas. "Vamos a cobrar normalmente, ya han hecho las nóminas", cuenta este operario. Pero se tienta la ropa: "Otra cosa es que el mes que viene el problema sea nuestro, porque trabajamos para el mismo cliente, que es el Ayuntamiento". Y se acuerda del refrán de las barbas peladas y el vecino.
El vecino es Iván Ortín, que cuenta el ambiente entre sus compañeros: "La gente está muy preocupada. Quien no tiene niños tiene una hipoteca. La situación es nueva, porque hasta ahora habíamos cobrado sin problemas las nóminas. Tienes que hablar con barrenderos muy mayores, que se remontan a los años ochenta para encontrar algo similar". Juan Antonio Verdugo prefiere no hacer predicciones: "Hasta el último día del mes hábil no vamos a saber si cobramos o no. Luego Dios dirá". Las nóminas se pagan normalmente el día 29 o 30. Así que quedan un par de días más de incertidumbre.
¿Y si al final pasa lo peor y no llega el dinero a la cuenta? "Habrá concentraciones para presionar a la empresa", dice Juan Antonio. "Habrá una denuncia por impago de los sindicatos y concentraciones en el Ayuntamiento", afirma Iván. Quedan dos días de incertidumbre para saber si este mes cobrarán la nómina. De incertidumbre o de angustia.
Sin reunión y sin avance
Tras el anuncio de las empresas de limpieza pública de que no aseguraban el pago de las nóminas de septiembre el pasado viernes, los sindicatos les pidieron una reunión para ayer. No hubo respuesta. "Hemos esperado todo el día, pero no nos han contestado", coincidían Moisés Torres, de UGT, y Jesús Belvis, de CC OO.
El vicealcalde, Manuel Cobo, aseguró ayer que el Ayuntamiento "acometerá todos los compromisos asumidos" en el pago de las empresas concesionarias y acusó al Ejecutivo central al afirmar que, si este hubiera activado la línea del Instituto de Crédito Oficial para que los Ayuntamientos paguen a sus proveedores, el problema estaría solucionado.
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