El humor, navaja multiusos
La Risa de Bilbao arranca reflexionando sobre los límites del género - Abierta en el Arenal la muestra de Forges sobre el franquismo
¿Qué hace falta para pertenecer a este club?, puede uno preguntarse ante el amplío abanico de escritores y artistas gráficos que participan desde ayer en el festival La Risa de Bilbao. A primera vista, nada les delata, aunque varios de ellos fuman. Algunos son especialistas del género, mientras que otros sólo coquetean con el mismo. Casi todos coinciden es que el humor supone un ingrediente imprescindible para hacer de la literatura un acto subversivo.
"La gente busca respuestas. Y, como reírse es gratis, es una estupenda herramienta de supervivencia ante la crisis", explica Lola Beccaria, que aceptó junto a otros escritores el desafío de hacer un relato de humor para el festival bilbaíno. El libro resultante, Culo Subido y otros relatos de humor, incluye obras de Fernando Aramburu, Juan Bonilla o Kirmen Uribe, entre otros autores.
Lola Beccaria: "El humor es una buena herramienta de supervivencia"
Iwasaki: "Quien se ríe de algo se siente invencible. El que lo escribe, derrotado"
El debate tuvo ayer su centro neurálgico en el Museo de Bellas Artes, donde los escritores Rafael Reig, Fernando Iwasaki y Juan Bas departieron sobre si la literatura de humor es un género menor. Reig, por cierto, considera una buena idea dedicar a la risa un festival literario: "¿Por qué? Porque se me ocurrió a mí antes". A renglón seguido explica que la impronta católica se ha notado hasta en cómo se ríen los ciudadanos: "El humor se dirige al cuerpo, la risa es una reacción corporal y emocional. Y en España todo lo corporal se reprime mucho".
Fernando Iwasaki opina que Bilbao resulta un lugar más que adecuado para un evento así: "Lo del mapamundi de Bilbao me parece genial. Me gusta más el humor de aquí que el andaluz, donde vivo. Es muy británico, muy chestertoniano". Iwasaki piensa que el acto de hacer reír parte de la certeza de que la batalla, en parte, está perdida. "Invencible se siente el que se ríe; el que escribe [humor] se siente derrotado".
Hasta médicos como el alcalde, Iñaki Azkuna, recomiendan la risa para todo tipo de dolencias. "Mejora el diámetro de las arterias", comentó en la inauguración del festival.
También supone una estupenda arma contra la dictadura. En el Arenal bilbaíno, la exposición de Forges abierta ayer al público es un buen ejemplo. En Los Forrenta años, el dibujante puso a prueba las costuras del sistema en 1976 realizando "el primer estudio sociológico de la dictadura", además en un soporte de amplia difusión como el cómic, según explicó el comisario de la muestra, Juan García Cerrada, director del Departamento de Humor Gráfico de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid).
A través de situaciones absurdas, como la multa de 15.000 pesetas a una banda en la plaza de toros por tocar mal el himno español, Forges diseccionó sin piedad los 40 años de penitencia franquista. El hoy dibujante de EL PAÍS lo pagó con un consejo de guerra.
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