"No telonearíamos a los Stones"
M Clan añade gotas de 'soul' a su receta de rock clásico en español
Ya no son aquellos chicos que hacían incluso las pruebas de sonido con la cazadora de cuero, a juego con el rock setentero de sus dos primeros discos. Tampoco se reconocen en su tercera entrega, que definen como "pop-rock". M Clan vieron en 1999 cómo temas como Llamando a la tierra y, dos años después, Carolina se convertían en éxitos. "En Usar y tirar había buenas canciones, pero no un grupo. No nos interesa el público que solo nos conoce de Carolina. Ahora tenemos las cosas claras", resalta el cantante Carlos Tarque. Él y el guitarrista Ricardo Ruipérez son los supervivientes de un proyecto que estrena hoy su octava entrega con Para no ver el final.
Se ven más centrados. "Ya no sueñas con telonear a los Rolling Stones. No lo haríamos porque a los teloneros se les trata fatal", asegura Ruipérez. Esta vez profundizan en el alma negra de su estilo. "Somos como un equipo de música con varios ponteciómetros. El más grande es el del rock, pero luego hay otros. Hemos subido el del soul", explica Tarque. Una sección de vientos realza ese nuevo sabor, que vitaliza las cálidas guitarras de Ruipérez y la inconfundible voz del cantante, que bebe de Paul Rodgers o Joe Cocker. El ambiente retro empapa incluso la cubierta, un guiño a las veneradas grabaciones del sello de jazz Blue Note.
"Lo importante son las canciones", puntualiza Ruipérez, de los dos, el que presta más atención al equilibrio. Carlos aporta visceralidad. "Un tema debe ser impactante en el escenario", recalca el autor de las letras de canciones como Calle sin luz. El productor y guitarrista Carlos Raya complementa a ambos. Los otros M Clan originales ya no están; es el caso de Santiago Campillo en 2001. "Se marchó por desavenencias personales y profesionales. Es un gran guitarrista, pero cada uno ha hecho su carrera. Que cada cual compare", invita Tarque.
Definen su estilo como rock americano en castellano: "No he visto a nadie aquí que cante tan soul como Carlos. Se quedan a medio camino porque la voz es un rollo Marea". "El rock estatal bebe de otras fuentes: Leño, el punk...", enumera el cantante. Ellos han cambiado, también Carolina. "Es como Loosing my religion, de REM: pertenece a la gente", reflexiona Ruipérez. "Si no haces el garrulo, los años te dan el respeto del público".
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