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OPINIÓN | 58º Festival de San Sebastián
Columna
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San Sebastián, de cine

Odón Elorza

No existe en el mundo un festival de cine de categoría A más apoyado, sentido y disfrutado por la ciudad que lo acoge que el de San Sebastián. No estamos ante un evento cultural frío y distante para la ciudadanía, ni elitista, ni ajeno a las inquietudes sociales de la sociedad frente a tantas crisis. Puede calificarse de un Festival meritorio y atractivo, muy por encima de su presupuesto, siempre ajustado y pendiente de lo magistral de su equipo directivo para seguir siendo competitivo.

Este año, la Sección Oficial ofrece, más que nunca, un abanico variado de películas con directores y tendencias que suelen ser exclusivos de los grandes festivales, como Cannes y Venecia. Directores como Peter Mullan, Naomi Kawase, Raúl Ruiz, Bent Hamer o Kim Jee-Woon presentan en San Sebastián sus nuevas películas. Además, el Premio Donosti se otorga a Julia Roberts, la "novia de América", la que nos hace soñar, una de las actrices más mediáticas y glamourosas del cine actual.

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La atracción de la pantalla

El Zinemaldia es también un lugar de encuentro para la industria española del cine que, además, presenta un considerable número de sus últimas producciones, tanto en la Sección Oficial (cuatro películas), como en Zabaltegi (cinco), Zinemira (ocho) y Made in Spain (19).

El Festival, a través de su programación, no sólo focaliza su mirada en películas que resaltan por sus virtudes cinematográficas, sino que intenta ofrecer productos de interés por diversos aspectos sociales, culturales o políticos: proyección de una película sobre Pasqual Maragall y la enfermedad del Alzheimer, otra del street artist Banksy o del arquitecto Norman Foster...

A través del Industry Club, y en colaboración con otras instituciones, entidades y empresas, la edición 2010 desarrolla actividades relevantes como el II Foro Digital Audiovisual, Cine en Movimiento, Cine en Construcción, presentación de Eurimages, Media Mundus e Ibermedia, mesa redonda de distribuidores europeos (European Distributors: Up Next!), Foro de Coproducción Tareula, etcétera. También se celebra un Encuentro de Estudiantes de diferentes academias de cine del mundo. Y además del concurso de cortometrajes, se ofrece un taller en 3D, la presentación por parte de Panavision de nuevas producciones en 3D, una conferencia sobre los transmedia con la participación de especialistas de reconocida fama mundial (Lance Weiler y Ian Ginn) y diversos encuentros entre estudiantes y profesionales del mundo del cine.

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El Festival es el más importante del mundo de habla hispana. Y un lugar fundamental para las cinematografías de América Latina, que presentan sus películas, las distribuyen por el mundo y se encuentran aquí con posibles coproductores y distribuidores.

San Sebastián, a pesar de su tamaño y del daño incalculable del terrorismo, organiza uno de los certámenes más reconocidos del mundo dentro de la cultura de la imagen, de los audiovisuales. Y es estimado porque sabe reinventarse con profesionalidad y un trato amable y directo del equipo que lo organiza, lo que facilita y hace agradable el trabajo de los profesionales y la estancia de los amantes del género.

Prueba de la dimensión del Festival de Cine son los 1.051 acreditados de medios de comunicación de 40 países diferentes, 43 canales de televisión, 1.835 acreditados de la industria audiovisual,...

Toca ya disfrutar y contaminarnos de la magia del cine en la gran pantalla y participar posteriormente en el debate. Porque no es lo mismo que ver cine en nuestros televisores.

Y no olvidemos que la cultura audiovisual es el elemento singular y diferenciador del proyecto de la candidatura de San Sebastián a la Capitalidad Europea de la Cultura en 2016. Entonces, desaparecido el terrorismo, habremos podido concentrar nuestra energía y creatividad en lograr la regeneración moral de la sociedad vasca y la concordia cívica favorecedora de la convivencia.

Odón Elorza es alcalde de San Sebastián.

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