_
_
_
_
Reportaje:

El fusil de la Guerra de Cuba que acabó en O Courel

Analizado el casquillo que apareció como prueba de un crimen anterior a 1940

A pesar de los sucesivos conflictos que vivía España en aquella época, una guerra carlista tras otra, y una guerra de independencia cubana que desembocó en el Desastre del 98, las armas proliferaban menos que ahora entre la población civil. Y menos, todavía, en un lugar como O Courel. Para alguien que no hubiese tenido que ver entonces con el Ejército, hacerse con un fusil de infantería o una tercerola de caballería era casi misión imposible. Y en caso de conseguir un ejemplar a través del comercio clandestino, su precio hubiera superado con creces las 60 pesetas que, aproximadamente, costaban estas armas por la vía gubernamental. Pero en la olvidada parroquia de Visuña, al menos, había una, según el informe de balística que remitió desde Madrid la Guardia Civil al Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) a finales de la semana pasada.

Este modelo de cartucho se empezó a fabricar en Oviedo a partir de 1871

El casquillo de latón hallado en junio de 2009 junto a un esqueleto humano en la cueva Arcoia, que corona la despoblada aldea de Céramo, en Visuña, cerca del límite con León, correspondía, según el informe, a un proyectil Remington-Berdan, de un calibre de 0,58 pulgadas o 14,7 milímetros. Esos cartuchos se empezaron a producir masivamente por orden del Gobierno español en la fábrica estatal de Oviedo en 1871 y se utilizaron de forma oficial tanto en la Guerra de Cuba (1868-1878) como en la tercera contienda carlista (1872-1876), aunque todavía perduraron hasta la Guerra Civil, sobre todo entre las tropas voluntarias y los escapados.

Con el informe emitido por su departamento de criminalística, la Guardia Civil converge en las fechas con el análisis de los huesos llevado a cabo en Verín por Fernando Serrulla, responsable de la Unidad de Antropología Forense del Imelga. Los restos humanos, que correspondían, según el análisis, a un menor de entre 11 y 14 años y un adulto de en torno a 25, aparecieron en tres expediciones diferentes. Lo primero que se recogió, en el año 92, fueron dos cráneos, uno de ellos con un orificio que podría ser de bala. Y en 2009, después de que un grupo de espeleólogos descubriese más huesos ocultos bajo losas en la misma sima, la juez de Monforte abrió una investigación.

Estos últimos huesos fueron rescatados de Arcoia entre mayo y junio de ese año, y en los dos operativos que organizó el Juzgado participaron guardias civiles del equipo de montaña de Trives y un grupo de forenses del Imelga. Además de los esqueletos correspondientes a dos personas, había algún fragmento de tela muy deteriorado adherido a la osamenta, una bota de cuero en bastante buen estado de conservación y una vaina de proyectil. Fernando Serrulla, que ya se había responsabilizado del estudio de las calaveras en 1993, se encargó de analizar los nuevos restos anatómicos en Verín.

En agosto de este año, al fin, trasladó un informe al juzgado en el que concluía que los nuevos huesos y los cráneos recogidos hacía años correspondían a un menor de sexo masculino y raza blanca, con bastante desarrollo físico, y a un adulto joven, también varón, también blanco, de aproximadamente 1,75 metros de estatura. Tanto el niño como el hombre habían sido asesinados. Los huesos evidenciaban que habían sido golpeados cruelmente y después arrojados por una de las bocas de la cueva al fondo de una cavidad muy profunda de paredes casi verticales. El más joven, cuya calavera presentaba el supuesto orificio de bala (y junto a cuyo esqueleto fue hallado el casquillo analizado), murió enseguida. El adulto, a su lado y sin poder salir de la gruta, aún pudo sobrevivir unos días, porque sus traumatismos empezaron a curar antes de que le llegase la muerte. Serrulla siempre sostuvo la hipótesis de que, por su antigüedad, aquéllas podían ser víctimas de la última Guerra Carlista o de la Guerra Civil.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_