_
_
_
_
_

Sargadelos plantea despidos tras rechazar ayudas para prejubilar

UGT denuncia una "estrategia" para especular con una "marca de prestigio"

Sargadelos (Céramica do Castro) rompió la baraja y tras meses de negociación con los trabajadores (unos 200) de sus dos plantas productivas de Sada (A Coruña) y Cervo (Lugo) anunció el despido de 53 trabajadores. "Fue un desenlace inesperado, por sorpresa, es una agresión sin límites que cogió por sorpresa también a las Administraciones", denunciaron ayer los sindicatos al anunciar un calendario de huelgas (dos horas diarias a partir del día 22) y movilizaciones. Los empleados sospechan que este anuncio tiene que ver con la reforma laboral y flexibilización del despido que se aprobó la semana pasada.

La dirección del grupo ni siquiera aceptó la oferta de ayudas públicas del Ministerio de Trabajo para negociar un plan de prejubilaciones en ambas factorías. De momento, los comités de empresa combatirán por separado unos ERE que la empresa también plantea por separado. "Es una estrategia pensada para especular con un grupo emblemático y con una marca de prestigio; hay que parar los pies a los actuales dueños, que ya llegaron como un elefante en una cacharrería", aseveró el representante de UGT A Coruña, Roberto Teixido. En Sada, donde se plantea la extinción de contrato de 23 empleados con el mínimo fijado por la ley, las protestas comenzarán de inmediato.

No sólo no hay razón económica alguna para estos despidos, según los sindicatos, sino que además "se burlaron de Inspección de Trabajo y de la Xunta" que participaron en las negociaciones al plantear supresiones de empleo de las que nunca se había hablado. En el último año, y ante un descenso de ventas que originó pérdidas en 2009 por primera vez desde la creación del grupo en 1949, las plantillas de Cerámica do Castro ya habían aceptado dos ERE temporales que permitieron ahorrar 340.000 euros en salarios, según reconoció la dirección. Pero las ventas volvieron a recuperarse este año y hay un plan de viabilidad para el periodo 2009-2013 que fija en un 20% el incremento de la facturación.

El comité de empresa confía en que "las malas artes" del equipo directivo llevarán a la Consellería de Traballo a rechazar estos despidos. Al final, los meses de negociación con el ministerio y la Xunta "para buscar una salida no traumática" a la petición de la empresa de reducir en 64 los puestos de trabajo en ambas factorías sólo sirvieron para que nueve empleados (siete en Sada y dos en Lugo) aceptaran la baja voluntaria incentivada, con la indemnización mínima fijada por la ley.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_