Lluvia de dinero en la nueva 'movida'
Son las 4.00. Se detiene la música. Edgar coge el micrófono y una botella de champán que vacía sobre los fieles. Dos mil jóvenes de apenas 20 años abarrotan esta fiesta del primer aniversario del Zombie Club en la sala Heineken. El buque insignia de una nueva movida madrileña. Una fiesta sin descanso con decenas de clubes que se expanden de miércoles a domingo. Hedonista, ecléctica. Sus protagonistas son los hijos de la movida madrileña de los ochenta. Algunos se autodenominan Generación posWindsor. Edgar levanta la botella y grita. "¡Esta noche, el dinero no va a ir para nosotros ni para los dueños de la sala!". Suena Money for nothing, de Dire Straits, y desde el piso de arriba empieza a llover confeti entre el que se mezclan cientos de billetes de dólar. El público de la pista los recoge con espíritu lúdico, sin ansiedad. Los que se meten mano siguen haciéndolo, los que llevan 10 minutos intentado pedir una copa en la abarrotada barra, también.
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