Dar la cara

Hastiado y aburrido me siento cada vez que oigo la gangosa voz del señor Rajoy vaticinando desgracias sin cuento si el Gobierno legítimo del señor Zapatero, el que le venció por dos veces en unas elecciones democráticas, no se va dejándole el poder a él y a sus acólitos.

Él, Mariano Rajoy, el líder de un partido que aspira a gobernar, anuncia, sin empacho alguno, sin cortarse lo más mínimo, que él sí que asistiría a Rodiezmo para dar la cara.

¡Pero bueno! ¿Cómo se atreve? Si en algo valora la dignidad que significa el acto de "dar la cara", ¿por qué no lo hace de una vez ante los terribles casos de corrupción que afectan a docenas de altos cargos de su partido? ¿Por qué no lo hizo o está haciendo con tantos imputados por el terrorífico caso Gürtel? ¿Acaso dio la cara o tomó alguna medida ante la sociedad española al respecto de su ex tesorero Bárcenas? ¿Tal vez lo hizo con su ex compañero de Consejo de Ministros Jaume Matas? ¿Qué está haciendo, aparte de demostrar su enérgica blandura, con sus correligionarios valencianos Camps y compañía?

Y ese líder tan resuelto y audaz, ¿cómo se atreve a pedir a nadie que "dé la cara".