Agradecimiento

Deseamos mostrar nuestro agradecimiento a los centenares de muestras de apoyo y simpatía recibidas tras el fallecimiento de nuestra hija Marta en el desgraciado acontecimiento de Duisburg.

Las circunstancias y la situación emocional en que nos encontramos nos han impedido dar una respuesta individualizada a todas las muestras de simpatía y ofrecimientos de apoyo recibidos, llegadas desde amigos o familiares a altos cargos de diferentes instituciones públicas y privadas. Vaya para todos ellos nuestro más profundo agradecimiento.

En especial quisiéramos manifestar nuestro reconocimiento al cónsul general de España en Düsseldorf y a su equipo. Quisiéramos asimismo poner de manifiesto y agradecer la ayuda recibida del hotel Melià Düsseldorf, que puso a nuestra disposición y sin cargo cuantas habitaciones fuesen precisas y por el tiempo que fuese necesario.

De la Universidad de Münster quisiera recordar no tan solo la ayuda material recibida, que lo fue sin límites y más allá de lo necesario, sino su entrega emocional que no fue menos importante, tanto la rectora, doctora Ursula Nelles y las doctoras Marianne Ravenstein y Anke Kohl, como las profesoras del departamento de español, Olga y Marta, así como el capellán de emigrantes, padre Alejandro Carrasco.

Un agradecimiento muy especial nos merecen los compañeros de Marta en Münster, todos ellos. Es un orgullo para nosotros el saber que ha sabido rodearse y ganarse el afecto de personas de esa talla. En especial quisiera acordarme de Dani que tuvo el coraje de buscarla tras el desastre y acompañarla y reconfortarla mientras la Cruz Roja trataba de reanimarla. También merecerá siempre mi reconocimiento Cristina. Asimismo quisiéramos manifestar nuestro agradecimiento a su universidad, la Universidad Rovira I Virgili, a los Ayuntamientos de Cambrils y Fuente Álamo, a la Subdelegación del Gobierno en Tarragona, a AN Ascó-Vandellós, Lufthansa y, en fin, a tantos otros que junto con amigos y familiares tanto nos han ayudado en estas horas difíciles.

Pero quisiera tener también un recuerdo, con la esperanza de que nunca se olvide, para las autoridades de Duisburg que, cuando aquella desgraciada mañana de sábado concedieron la autorización definitiva del evento, asesinaron a mi hija. ¿Acaso pensaron que un área miserable, de menos de medio kilómetro cuadrado, podrían acoger sin riesgo una muchedumbre del 1% o 2% de la población de toda Alemania?

No quisiéramos terminar sin tener un recuerdo público para Marta. Marta ha sido una chica inteligente y con una notable capacidad para los idiomas. Pero sobre todo ha sido una chica tímida, alegre, optimista y, fundamentalmente, bondadosa, capaz de escuchar los problemas de los demás y entregarse a ellos. Todo el mundo debe saber lo orgullosos que nos sentimos de ella y cuánto la queremos. ¡Quisiéramos que ella lo supiese!