Grecia exige otra España
Scariolo apela a la dureza y a la capacidad para superar los momentos de juego poco fluido
Los campeonatos acaban discurriendo de manera tan caprichosa que, justo cuando se cumplen cuatro años y un día de su más inolvidable final, tiene España cita y hora (20.00, La Sexta) contra el mismo rival al que hizo trizas entonces en Japón: 70-47. Vuelve a aparecer el rostro amenazador de Grecia, esta vez en los octavos de final y en Estambul, donde España defiende la corona mundial que ganó en Saitama. Son cuatro años de reinado, de excelencia, de vida firme en el pedestal. Pero el partido le llega al conjunto de Sergio Scariolo en un momento delicado. No ha desplegado, ni por asomo, su mejor juego en la primera fase del torneo. No puede contar con dos bastiones como Pau Gasol y Calderón y dos de sus principales jugadores sufren molestias, Navarro en la espalda y Garbajosa en una rodilla y un muslo, aunque estarán listos para saltar a la cancha. Del primero al último confían en su carácter competitivo y en su tendencia a ir a más. Eso fue palpable el año pasado en un Europeo que empezaron de mala manera y que finalizaron en plan arrollador.
"Habrá que estar preparados para cuando haya que jugar al estilo de ellos"
"Si logramos jugar con la intensidad con que lo hicimos aquel día, sobre todo en la defensa, tendremos muchas posibilidades de ganar", cuenta Marc Gasol, complacido con el recuerdo de la final de Japón en un Mundial que supuso su bautismo al máximo nivel. Por entonces era el suplente de su hermano Pau. En su ausencia, ahora es titular y pieza básica de un equipo que flaqueó en la faceta reboteadora durante los primeros partidos. En ese aspecto, Grecia, con Bourousis, Tsartsaris, Fotsis y el imponente Schortsanitis en el interior de la zona, ha capturado una media de casi cuatro rebotes ofensivos más que España. De la mano de Spanoulis, Diamantidis, Zisis, Calathes, que no ha atinado en 10 tiros, y también Bourousis y Fotsis, se ha prodigado en los triples con 149 lanzamientos, 33 más que España.
"Es el adversario más experto y duro de los que nos podían tocar. Han recuperado a su gran estrella, Diamantidis. El año pasado les ganamos en las semifinales en un partido mucho más complicado que lo que pudo dar a entender el resultado": 82-64. Fue su sexta victoria consecutiva sobre Grecia en partido oficial desde que perdió en la primera fase del Europeo de 2003.
Scariolo pone especial atención en matizar las vías por las que le interesa a España que discurra el encuentro. "Por supuesto, nos gustará jugar a nuestro estilo, pero habrá que estar preparados para los momentos en que se jugará al estilo de Grecia. Y, si estamos hablando de dureza, no está escrito en ningún sitio que los jugadores españoles puedan ser menos duros que los griegos. No lo asumo, no lo acepto. Debemos estar preparados para la intensidad, la dureza, la capacidad de aguantar contactos, de jugar en momentos en que la fluidez estará mermada por las defensas... Porque puede salir un partido de ese tipo. Desde luego, no preveo que acabe 100-98. Eso está claro, aunque, cuantas más posesiones en campo abierto, mejor".
Con Pau o sin él, con Calderón o sin él, los rivales temen a España. Hasta el extremo de que el Mundial se ha visto sacudido por las acusaciones del seleccionador de Rusia, David Blatt, de que Grecia se dejó ganar el partido que disputaron el jueves en un intento por evitar el cruce con España. Si así hubiera sido, la jugada no les salió del todo bien porque el posterior triunfo de Nueva Zelanda sobre Francia emparejó a griegos y españoles. "Deberían estar avergonzados. Lo suyo no ha sido baloncesto. Ha sido teatro. Tiraban a fallar", aseguró Blatt mientras que el técnico de Turquía, Bogdan Tanjevic, presente en el encuentro, tuvo un altercado al dirigirse con ironía al pívot griego Bourousis diciéndole: "Felicidades. Por segundo año consecutivo, habéis hecho lo mismo", insinuando que en el Europeo de 2009 también se dejaron ganar contra Francia.
"Lo que dice Tanjevic", terció Scariolo, "merece respeto y reflexión. Es un maestro del baloncesto. No vi la segunda parte del partido, no me dio tiempo [la selección española estaba volando de Esmirna a Estambul]. Me dicen mis amigos rusos que pasaron cosas raras y no tengo razón para dudar de uno u otro".
Los griegos, a través de Spanoulis, salieron al paso de las acusaciones. "Durante estos años hemos dado muchas satisfacciones y merecemos un respeto". La frase se refería a las suspicacias sobre su derrota ante Rusia, pero podría aplicarse igualmente a la confianza desde la que Grecia afronta el partido ante España pese a que hace ya siete años que no es capaz de ganarla.
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