"Necesitamos un cambio radical"
Rudy, máximo reboteador español, pide un golpe de efecto para acabar con la ansiedad
Rudy Fernández acaba el entrenamiento de España con el pelo bien sujeto por la gomina. Con algunos destellos rubios y la barba crecida, el alero español tiene un aspecto cuidadosamente descuidado. A los 25 años, mima su imagen como el joven que es y que lleva dos temporadas viviendo el show de la NBA en Portland. Sus sueños de éxito en Estados Unidos se han cumplido a medias. Llegó con aquella canasta en los morros de Howard en la final olímpica de Pekín como carta de presentación y en 2009 fue el primer europeo en aparecer en el concurso de mates. Pero, más allá de su gran capacidad atlética para el salto y sus espectaculares encestes, el jugador reclama más foco y este verano ha estado pendiente del mercado. Rudy está en la encrucijada. Debe decidir si lucha por escalar en Portland o vuelve con honores a Europa para ganarse un suculento contrato en un club grande.
"Hay que dejar de lado la presión. Dimos malas sensaciones, pero seguimos vivos"
"Si las críticas no nos afectaron en el Europeo de 2009, no nos afectarán ahora"
El Campeonato del Mundo es una pasarela de reivindicación para el mallorquín. Sergio Scariolo le ha ofrecido el papel de tres o alero alto (mide 1,95 metros) para poder juntarle con Navarro, que ejerce de escolta, y potenciar así el juego exterior español. "La posición de tres es lo que más mes costaba", admitió ayer Rudy. Pese a las reticencias, ha obrado la transformación en el torneo hasta el extremo de que es el máximo reboteador español, con 37 capturas (siete, ofensivas) por las 36 de Marc Gasol, las 26 de Felipe Reyes y las 21 de Fran Vázquez, y el noveno en general (en las ocho primeras posiciones, ocho pívots). Sus saltos han tapado parte de las carencias en el rebote de la selección, sobre todo en su propia canasta, y contribuir debajo del aro no le ha restado tajo en otras partes de la pista. Rudy suma 12,8 puntos de media por partido y es también el español con más robos del balón (nueve), por delante de Ricky Rubio (ocho).
"Buenos números, pero yo no tengo que demostrar nada a nadie. Todos conocen mi juego. ¿Si me siento más importante que en Portland? Cuanto estás en un equipo, tienes que aceptar tu papel y yo lo hago", explicó. "Yo no soy ahora más líder porque no estén Pau Gasol ni Calderón. Sin ellos, todos hemos tenido que dar un paso más, los 12", añadió.
Las derrotas han hecho mella en los jugadores españoles. El nerviosismo ha cundido en muchos partidos. Solo así se explica que Rudy reciba una falta técnica a los dos minutos de juego contra Líbano, la segunda en el torneo, tras recibir otra contra Francia. "A veces, la ansiedad nos ha podido", admite; "la ansiedad de que no estén funcionando las cosas y de querer jugar bien. Eso nos ha privado de dar lo mejor de nosotros y hay que estar muy centrados porque los equipos están muy serios y es un campeonato muy duro. Hemos dado malas sensaciones, pero seguimos vivos. Ahora hay que dejar de lado toda la presión que tenemos. Somos un equipo capaz de lograrlo todo. Lo hemos hecho durante muchos años y lo intentaremos ahora. La presión, las críticas... Si no nos afectaron en el Europeo de 2009, no nos afectarán ahora".
Después de caer ante Francia y Lituania, dos conjuntos claramente inferiores sobre el papel, a España se le presenta enfrente una vieja conocida, Grecia. Un traspié acabaría de manera brusca con un ciclo mágico desde hace cuatro años. El cuadro español precisa una catarsis. "Necesitamos un cambio radical", sentencia Rudy, "y ahora tenemos una gran oportunidad. Veo al partido con confianza. Conocemos mucho a este equipo. Es nuestro momento. Somos los campeones del mundo y los europeos y los subcampeones olímpicos. Todos quieren ganar a España y más que nadie Grecia". ¿El rival? "Una selección muy dura. Están bien por dentro y por fuera. Son un equipo compenetrado y a veces intenta descentrarte del partido. Pero sabemos cómo jugarles".
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