"Me marcho feliz de Bilbao"
El torero Sergio Aguilar sale de Cruces, nueve días después de ser corneado en la garganta en Vista Alegre
"No puedo esconder mi alegría por cómo me han tratado en Bilbao", señala a EL PAÍS Sergio Aguilar mientras se monta en el coche que le llevará desde el Hospital de Cruces a su domicilio en San Sebastián de los Reyes (Madrid). "Me marcho feliz por cómo se han portado conmigo en el hospital, por cómo ha tratado el Hotel Ercilla a mi familia y por los numerosos apoyos que he recibido de profesionales, de aficionados de Bilbao y muchos llegados desde Francia", afirma por teléfono con emoción.
Pese a haber pagado con sangre su paso por Vista Alegre, Aguilar considera positiva su actuación. "El público supo reconocer lo que estaba haciendo. La faena tenía importancia y era una tarde que podía ser un trampolín para mi carrera. Sufrí un accidente, pero creo que la faena fue reconocida", indica, usando el sorprendente término "accidente" para la espeluznante cornada que sufrió en la garganta. "Se trata de un percance más. Estaba toreando bien y me pilló por accidente, no por otra cosa".
Iván Fandiño ya se recupera en su casa de la cogida que sufrió el sábado
Para Aguilar, lo peor fueron los primeros instantes. "Cuando me cogió, noté el cuerno en el paladar y me quedé muy rápido sin respiración. Sangraba por la nariz y la boca. Me tuve que tranquilizar mientras llegaba a la enfermería", recuerda con detalle el diestro madrileño, quien conversa con absoluta normalidad, pero aún debe medicarse.
Su cautela contrasta cuando piensa en volver a torear. "No debo forzar, pero estoy pensando en coger la muleta hoy mismo", anuncia con ilusión. "Físicamente me encuentro bien, pero no quiero precipitarme. La cornada del muslo ya no me molesta, pero debo tener cuidado con hacer esfuerzos", explica con mayor serenidad.
Su regreso a los ruedos resulta todavía una incógnita: "Mi intención es reaparecer la próxima semana, antes que en Dax el día 11, pero voy a ir paso a paso, que las prisas a veces no son buenas. En Dax repito después de haber estado bien en la feria y eso es importante porque había encadenado tardes buenas en San Sebastián, Dax e incluso la de Bilbao". Aguilar llegó sobre las cinco de la tarde a su domicilio en Madrid, donde su vida vuelve a ser la de un torero en lugar de la de un enfermo.
Y tres días después de la cornada en el muslo que sufrió en Vista Alegre, Iván Fandiño también está ya desde ayer en su casa. El diestro vizcaíno solicitó el alta voluntaria después de que el doctor Martínez de Bourio le retirara los drenajes y le aconsejara permanecer un día más ingresado.
Fandiño partió en coche hacia Guadalajara, donde reside y allí seguirá los consejos del doctor Ramón Ochoa, titular del coso de la capital alcarreña. El torero de Orduña espera reaparecer el sábado en la localidad soriana de Almazán y si no fuera posible, el lunes en Sotillo de la Adrada (Guadalajara).
Más larga se plantea la recuperación de su banderillero Mario Romero, quien ayer fue trasladado a planta en el Hospital de Cruces, pero que no volverá a actuar esta temporada, pues los destrozos en el cuádricepsque sufre recomiendan una convalecencia cercana a los tres meses.
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