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Días de diversión

Los ladrones también van de gira

La Policía Municipal, satisfecha del resultado de su despliegue contra carteristas

"Ten cuidado. Pon el bolso por delante porque en la vida he visto a gente con más ingenio para robar". La advertencia de este joven barbudo en medio del bullicio del recinto de txosnas del Arenal refleja el clima vivido en esta edición de las fiestas bilbaínas, que hoy concluye. En casi todas las casetas festivas de la zona hay algún DNI o cartera encontrado en el suelo -los ladrones suelen deshacerse cuanto antes de los objetos que pueden incriminarles-.

No es casualidad: unos cinco grupos de rateros han incluido las sucesivas fiestas de las capitales vascas dentro de su gira veraniega, según la Policía Municipal bilbaína. Cada uno de estos grupos está compuesto de unas siete u ocho personas. Aprovechan cualquier descuido para levantarle a uno la cartera. Algunos incluso intentan fundirse con los vendedores de flores y tabaco de contrabando. Vienen de Europa del Este, escogen las zonas con mayor afluencia y actúan sobre todo de noche.

Grupos de rateros han recalado en Bilbao tras las fiestas de las otras capitales

Como contrapeso, la Policía Municipal ha desplegado un operativo especial que ha permitido mantener la cifra de hurtos y robos ligeramente por debajo de la Aste Nagusia de 2009, según explica a EL PAÍS el director del cuerpo, Manu Zarragoitia, a la espera del balance definitivo, que incluirá los datos de anoche, en el día de mayor actividad para los amigos de lo ajeno.

La estrategia gira sobre dos ejes: un equipo de agentes de paisano, las llamadas unidades Iker, que realizan labores de vigilancia a los supuestos ladrones, con la esperanza de pillarles con las manos en la masa. De no ser así, para imputarles haría falta un reconocimiento visual o que lleven encima pruebas incriminatorias.

La segunda parte del operativo incluye agentes uniformados desplegados en zonas estratégicas donde la afluencia es masiva (el Arenal, las barracas, etcétera) para disuadir a los cacos y reforzar la sensación de seguridad entre los ciudadanos. Y también para que "el ciudadano sepa dónde acudir en caso de un problema", explica Zarragoitia.

"El despliegue ha dado resultados, dentro de la complejidad de un entorno con tanta gente. Hay que trabajar con sutileza", concluye. El director de la Policía Municipal celebra que de los más de 150 contoles de alcoholemia realizados en casos en los que no se había cometido un delito contra la seguridad vial, ninguno haya dado positivo.

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