El hilo que guió a los equipos de rescate
Tiene 63 años y cuatro hijos. Es minero desde los 12 años. Fue el que envió la primera carta de los mineros describiendo las coordenadas de donde se encontraban. Ha escapado a varios accidentes, pero hace siete años uno se llevó tres dedos de su mano izquierda. "El día antes del accidente mi mamá le dijo que no fuese a trabajar, que mejor fuera a tramitar los papeles de la prejubilación", cuenta su hija Lilianett. "Y él aceptó no ir. Pero es conductor de camión y unos días antes le habían entregado uno nuevo. Y cambió de idea porque decía que si no iba le quitarían el camión". "Él sufre silicosis y se podría haber jubilado ya. El último día se metió sin su inhalador. Siempre nos decía que la mina se estaba cayendo a pedazos, que no había día en que no les cayeran algunas piedras".
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