Atacado el piso de un vecino de Bilbao al que los radicales acusan de ser un confidente
La violencia callejera que ha repuntado este mes en Euskadi sumó ayer su décimo ataque en los últimos 14 días. Varios desconocidos colocaron en un momento indeterminado entre la noche del viernes y la madrugada de ayer un artefacto incendiario casero en la puerta del piso de un vecino del barrio bilbaíno de Altamira. El artefacto apenas ennegreció la puerta, de modo que los daños no han sido descubiertos hasta primera hora de la mañana.
Los atacantes dejaron en la zona una serie de panfletos con la palabra ''chivato'' escrita y una diana dibujada. La Ertzaintza vincula este nuevo acto de kale borroka a la acusación lanzada desde el entorno abertzale radical contra este ciudadano, al que atribuyen haber colaborado en la detención de dos mujeres acusadas de otro acto de terrorismo callejero en 1995.
El 26 de septiembre de ese año, una decena de encapuchados incendiaron un autobús en el citado barrio de Altamira. La ayuda de varios vecinos permitió que la Policía Municipal de Bilbao arrestase minutos después a dos jóvenes que habían participado en el ataque y que al año siguiente fueron condenadas a dos años y cuatro meses de cárcel.
Este mismo vecino ya fue atacado por los violentos en 1997, cuando le quemaron una furgoneta, según recordaba ayer la consejería vasca de Interior. Su titular, Rodolfo Ares, mostró en nombre del Ejecutivo autónomo su solidaridad con este ciudadano atacado "por el entorno de ETA", un acto que "evidencia una vez más la naturaleza fascista de ese mundo y de sus integrantes".
Precisamente Ares, en declaraciones a EL PAÍS, instó anteayer a los ciudadanos a que aporten a la Ertzaintza indicios que ayuden a detener a los autores de esta decena de ataques. Desde el pasado día 7 se han sucedido 10 actos de violencia callejera en ocho localidades de las tres provincias vascas. Los objetivos preferentes de los atacantes, de los cuales solo uno ha sido arrestado por la Ertzaintza, han sido contenedores de basura, de los que han ardido más de 60. Los partidos democráticos condenaron ayer este nuevo ataque. EA, socio de la ilegalizada Batasuna en el polo soberanista, subrayó que la violencia es incompatible con el acuerdo sellado en junio.
La izquierda abertzale, que ha eludido condenar estos ataques, difundió el pasado miércoles un comunicado en el que reitera su "apuesta inequívoca" por el uso de vías "exclusivamente políticas y democráticas".
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