Relato breve sobre Díaz-Ferrán
Érase el copropietario de una importante empresa de viajes que, desde noviembre de 2009, dejó de pagar el sueldo a sus empleados y la cuota patronal a la Seguridad Social. Transcurrieron algunos meses hasta que, en marzo de 2010, decidió no abonar tampoco las cantidades retenidas en nómina a sus trabajadores, es decir lo que se llama "cuota obrera" (con perdón), por lo cual fue denunciado ante las altas autoridades ministeriales por presunta apropiación indebida. Con posterioridad, vendió la empresa, pero no pudo rematar la operación diciendo "Aquí paz, y después, gloria", pues el caso pasó a la fiscalía.
Lo mejor de esta historia es que, por sorprendente que parezca y, a pesar del final del currículo narrado, este personaje presidía la máxima organización de los empresarios del país.