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Los supervisores minimizan el impacto de la reforma bancaria en la economía

El Consejo de Estabilidad aboga por graduar en cuatro años las nuevas normas

Alejandro Bolaños

Una losa que lastrará el crecimiento de Europa, EE UU y Japón. Una vuelta más al grifo del crédito que impedirá la creación de 10 millones de puestos de trabajo. Los supervisores habían pedido a la banca su opinión sobre las nuevas exigencias de capital que debate el G-20 y la respuesta fue una advertencia tenebrosa. Tras recopilar información de 15 bancos centrales, el Consejo de Estabilidad Financiera arroja un poco de luz. "La transición a mayores requerimientos de capital y liquidez tendrá un impacto modesto en la producción", concluye un estudio en colaboración con el comité de Basilea de supervisión bancaria.

El Instituto de Finanzas Internacionales, que aglutina a 400 grandes entidades financieras, aireó en junio, unos días antes de la cumbre de países ricos y emergentes en Toronto (Canadá), un informe contundente. Si los supervisores acordaban una subida en los requerimientos de capital, obligarían a las entidades financieras a prestar menos y más caro. Y eso, en plena sequía de crédito, se traduciría en un recorte del 3% en el PIB de los países avanzados cinco años después de su puesta en marcha. En el caso de la zona euro, el descenso acumulado en 2015 llegaría al 4,3%. Para España el agujero era aún mayor: del 5%, según algunas entidades bancarias. En caso de que se diera tiempo a los bancos para acomodarse a los nuevos requisitos de capital, sostenía el informe de la asociación bancaria, el impacto sería mucho menor.

El sector vaticinó un recorte del 3% en el PIB; el Consejo dice que será el 0,4%
Se plantea dar hasta 2015 para cumplir las exigencias de más capital

"Con un crecimiento ya bajo en muchas partes del mundo, no sería muy sabio impulsar una aplicación inmediata", sugirió entonces el presidente del Instituto de Finanzas consejero delegado del Deutsche Bank, Joseph Ackermann. La conclusión del Consejo de Estabilidad, que reúne a banqueros centrales, autoridades nacionales y asociaciones internacionales de supervisión, es bien distinta. Un grupo de trabajo con el comité de Basilea, en el que participaron cuatro representantes del Banco de España, concluye que las nuevas exigencias de capital apenas incidirá en el crecimiento económico.

El resultado promedio de las 89 simulaciones recopiladas es que el PIB de los países estudiados (las principales economías avanzadas y la zona euro) se dejaría un 0,4% por el impacto de las nuevas exigencias de capital, una octava parte de lo que predijo la asociación bancaria. En el extremo más pesimista se sitúan la Reserva Federal y el Banco de Japón, que sitúan el efecto en el PIB cerca del 1%.

Las simulaciones evidencian también que ese efecto sería muy similar, tanto si la aplicación de las nuevas normas se hace de forma gradual en dos años, como si el periodo de transición se alarga a cuatro. Pese a ello, el Consejo de Estabilidad opta de forma clara por el periodo más extenso, que es el que detalló en la nota de prensa. "Un periodo de aplicación más amplio reducirá cualquier impacto negativo que se derive de los mayores requerimientos de capital, al dar más tiempo a los bancos a ajustar su modelo de negocio y su estructura de costes", concluye el informe.

La reforma bancaria debía ponerse en marcha a principios de 2011 y los bancos debían cumplir con los nuevos requisitos de capital a finales de 2012, según el calendario previsto por el G-20. Pero el presidente del Consejo de Estabilidad, Mario Draghi, ya aconsejó en la cumbre de Toronto que la entrada en vigor de los cambios regulatorios se aplazara a 2012. Si la tesis de un periodo transitorio de cuatro años se impone en la próxima reunión del G-20, que se celebrará en Corea del Sur, la fecha límite de la reforma se extendería a 2015. En la cumbre de Corea, a principios de noviembre, se fijarán también los nuevos mínimos legales (ahora fluctúan entre un 2% y un 4% de los activos ponderados por riesgo) y se hará una definición más estricta del capital de máxima calidad.

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