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Rusia despliega misiles antiaéreos en Abjazia

Georgia dice que Moscú quiere reforzar su control en la región secesionista

Pilar Bonet

Rusia ha instalado un sistema antiaéreo de defensa, tipo S-300, en la región secesionista de Abjazia, según dijo ayer el jefe de las Fuerzas Aéreas rusas, general Alexandr Zelin. El alto mando, citado por la agencia oficial Itar-Tass, aseguró que Moscú derribará cualquier aparato aéreo que penetre en Abjazia y Osetia del Sur, región esta última donde ha instalado otros medios de defensa antiaérea. La reacción del Gobierno de la vecina Georgia, que se niega a reconocer la independencia de estas regiones, fue inmediata: criticó el despliegue que, según Tbilisi, refuerza el control militar de Moscú en estas regiones.

"Es una muestra de que Rusia no tiene intención de retirar sus tropas de Abjazia y Osetia del Sur y que, en realidad, está reforzando el control militar sobre estos territorios", afirmó Eka Tkeshelashvili, responsable del Consejo de Seguridad Nacional de Georgia, a Reuters. "Debería ser causa de preocupación para Georgia y para la OTAN", dijo el viceprimer ministro Temur Yakobashvili. El general ruso Zelin aseguró que "la tarea de estos medios de defensa es solo cubrir el territorio de Abjazia y Osetia del Sur, y evitar que sean transgredidas las fronteras estatales y el espacio aéreo y destruir cualquier aparato volante que penetre en el territorio defendido, sea cual sea su fin".

Durante la desintegración de la URSS, a principios de los años noventa del siglo pasado, los dirigentes nacionalistas georgianos emplearon la violencia en respuesta a las reivindicaciones de mayor autonomía de Abjazia y Osetia del Sur, que acabaron por proclamar de forma unilateral su independencia. Los conflictos entre Georgia y estos dos territorios permanecieron congelados hasta que en agosto de 2008 Rusia reconoció la independencia de ambos, después de que el líder georgiano Mijaíl Saakashvili lanzara una ofensiva militar sobre la población civil de Tsjinvali, la capital de Osetia del Sur.

Las declaraciones de ayer del alto mando ruso indican una intención disuasoria de Moscú respecto a posibles planes de Tbilisi y revelan la importancia que el Kremlin da a Abjazia, un territorio con una línea de costa de 200 kilómetros del mar Negro. En las inmediaciones de Abjazia está Sochi, la capital de verano de Rusia, y la sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014.

En virtud de sendos acuerdos militares, Rusia asegura la defensa de Abjazia y Osetia del Sur, mantiene tropas en ellos y vigila sus confines al tiempo que está ayudando a equiparlos como fronteras internacionales. Los barcos de guerra rusos, por otra parte, patrullan la costa de Abjazia e impiden que los escasos cargueros que se aventuran por estos mares sean detenidos por los guardacostas georgianos. En Abjazia, Rusia tiene una base de la Marina y otra de aviación. El 8 de agosto, en su viaje relámpago a Abjazia, el presidente ruso, Dmitri Medvédev, visitó a las tropas rusas en su acuartelamiento de Gudauta.

Los S-300, que comenzaron a producirse en los años setenta, están instalados en Rusia y en otros países de la ex URSS, como Bielorrusia, Ucrania, Armenia o Kazajistán. Tienen un alcance de hasta 27.000 metros de altura y pueden llevar hasta 48 misiles antiaéreos cada uno. En 2007 Rusia firmó un contrato para exportar complejos S-300 a Irán, pero congeló el suministro ante las presiones estadounidenses.

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Soldados junto a un sistema antiaéreo S-300, durante unas maniobras ruso-bielorrusas en 2009.
Soldados junto a un sistema antiaéreo S-300, durante unas maniobras ruso-bielorrusas en 2009.AFP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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