La huerta brilla en Algorta
El popular Mercado de San Lorenzo reúne a unas 20.000 personas - Cerca de 80 productores han participado en esta edición
En el Mercado de San Lorenzo de Algorta se puede encontrar casi cualquier prodcuto tradicional: hortalizas, legumbres, quesos, pan, paté y embutidos cultivados o elaborados de forma tradicional, e incluso flores y ropa. Este año, la popular cita veraniega reunió ayer a unas 20.000 personas en dos espacios de ese barrio de Getxo: la plaza Biotz Alai y el patio del batzoki.
El buen tiempo y varios grupos de trikitilaris animaron el ambiente. Pese a superar la asistencia de la anterior edición, las bolsas con compras de productos típicos del caserío vasco escaseaban y los responsables de algunos puestos reconocían que no había "tanto lío" como en años anteriores. Los 78 productores que se acercaron hasta Algorta, repartidos en 92 puestos, son en su mayoría habituales de la cita.
"Preguntas muchas, pero compras pocas", reconocía una de las vendedoras
La cita con los productos de caserío se cerró con un recital de la coral Biotz Alai
Adela Andikoitxea y su marido son dos de ellos. Con una huerta y un invernadero en Urduliz participan cada 10 de agosto, desde hace 24 años, en el mercado getxotarra. Sus fieles les preguntan por los niños y en su puesto triunfan unos chiles morados, rojos y naranjas. Más de un cliente pregunta si son de verdad o de cera, mientras la tendera explica que "el color varía según la maduración".
Este año "preguntas muchas pero compras pocas", afirma Andikoitxea. Mientras, su esposo habla de fútbol o resopla, no por el ajetreo, sino porque se despertaron a las cuatro de la madrugada para estar apenas media hora después en la plaza Biotz Alai. A las 9.30 terminaron de montar su puesto, cuidado hasta el mínimo detalle, como el resto. Los pimientos y tomates se exponen en cestas de mimbre, entre poste y poste cuelgan mazorcas a modo de guirnaldas y las alubias, en sus diferentes variantes, brillan en sacos blancos.
A media mañana, los asistentes buscaban alguna sombra bajo la que guarecerse pertrechados con talos de chorizo y txakoli. "Es lo único que voy a comprar", aseguraba Dominica Bilbao, de 76 años, mientras daba los últimos bocados de su aperitivo. Junto a Remedios Velázquez, también de 76, acudieron al mercado a pasar la mañana. Su amiga sí que compró algo: 50 euros en jamón de Mendiola.
Por el contrario, dispuesta aunque fuese por un día a no fijarse en el precio, Jokiñe Otaola, de 73 años, con su lista de la compra en la mano, buscaba tomates, cebolletas y morcillas. Incluso se acabó llevando un kilo de manzanas para su hija. Aunque no fuesen reinetas, les dio el visto bueno después de que la tendera le diese una a catar. Por un pastel vasco se decantaron Elena, de 36 años, y su hija, Uxue, de dos, quien bostezaba cansada después de haber estado jugando con un par de conejos y una oca.
La cita se cerró con un concierto a cargo de la coral Biotz Alai en la plaza que lleva su nombre. Este año no se ha registrado ningún incidente protagonizado por simpatizantes de la izquierda abertzale como ha ocurrido en otras ocasiones.
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