Los controladores ceden a la presión y renuncian a la huelga en agosto
El ente gestor de aeropuertos, AENA, convoca para hoy una nueva negociación y mantiene sus ofertas laborales - El sector del turismo respira con alivio
No habrá huelga de controladores aéreos este agosto. El colectivo renunció ayer a convocar el que hubiese sido el primer paro legal de su historia para desbloquear las negociaciones sobre su convenio colectivo. AENA había rechazado desde el viernes volver a sentarse en la mesa negociadora si el sindicato del sector, USCA, no retiraba su difuso aviso de huelga. Y el sector, por su parte, insistía en que no habría paro si la empresa pública retomaba las conversaciones.
La tregua se produce tras casi un mes de tira y afloja y como respuesta a una oleada de presiones por parte del Gobierno y el sector del turismo, que temía ver arruinada la segunda quincena de agosto por una protesta que había votado la plantilla, pero que el sindicato no concretaba.
La jornada y el salario son los grandes escollos para un acuerdo
El compromiso no excluye la convocatoria de paro en el futuro
Los controladores afiliados a USCA -la mayoría del sector- apoyaron abrumadoramente hace ocho días realizar una huelga este agosto si sus representantes lo decidían. La amenaza tenía en vilo a la industria turística, ya que la incertidumbre sobre las fechas provocaba cancelaciones preventivas y bloqueaba las reservas de última hora.
El secretario de Comunicación de USCA, César Cabo, recalcó ayer que la renuncia a la huelga se ciñe exclusivamente a agosto, con el fin de salvar el mes más caliente para el turismo, pero no va más allá, ya que la asamblea votó solo sobre una eventual protesta este mes.
"Hemos recibido muchas cartas de viajeros, de empresas, y hemos escuchado al propio presidente del Gobierno y hemos decidido retirar este mandato de huelga por responsabilidad, pero ahora esperamos también que el Gobierno le diga a AENA que se tiene que sentar a negociar con nosotros", enfatizó Cabo, informa Jesús Eijo.
El presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, pidió ayer a los controladores que actuasen "con responsabilidad" y fueran conscientes de que "la hipotética huelga genera incertidumbre, no produce más que efectos negativos y no es una actitud constructiva".
Las conversaciones entre el ente público y los controladores entraron en vía muerta el pasado viernes, a la hora de abordar la jornada y el salario. Los trabajadores reclamaban una reducción de la jornada hasta dejarla en 1.350 horas anuales, pero la empresa la mantenía en 1.670 (más 80 extra) con un sueldo medio de 200.000 euros anuales.
Este debate tiene lugar después de un recorte previo a sus condiciones, en el marco de un cambio en las reglas de juego de todo el sector. El Ejecutivo abrió el frente laboral con los controladores a finales del año pasado, cuando hizo públicos sus "privilegiados sueldos" -de una media de 335.000 euros en 2008, según los datos del Ministerio de Fomento- y anunció medidas para reducirlos, a base de ampliar la jornada ordinaria (de 1.200 a 1.670 horas anuales) y reducir las adicionales y por tanto mejor pagadas (de unas 600 a 80 horas). Ello supuso un recorte salarial, en la práctica, de un 40%, entre otras medidas.
Para continuar la negociación, AENA exigió que el colectivo renunciase a la huelga que había votado. USCA había planeado tomar una decisión sobre la huelga mañana jueves, pero finalmente adelantó su comité ejecutivo.
El presidente de AENA, Juan Ignacio Lema, evaluó la decisión de los controladores de forma positiva y anunció que les convoca para retomar la negociación hoy a las 17.00, informa Luis Meyer. Sobre la mesa sigue el salario medio de 200.000 euros y la jornada máxima de 1.750 horas, flexible en función de la carga de trabajo de cada centro. La empresa también plantea, en caso de no llegar un pacto, la posibilidad de someter el convenio a un arbitraje externo. Las partes habían llegado a algún consenso sobre la reincorporación de controladores mayores de 57 años, que habían sido retirados, el pago de un seguro de vida, más formación y una revisión de las cargas de trabajo en cada torre, entre otras medidas.
Las líneas aéreas respiraron con alivio. Las asociaciones ACETA, AECA, ACA y ALA celebraron la tregua y confiaron en que también finalice "un largo periodo de reiterados incidentes, que se han traducido en importantes retrasos en los vuelos, que ha ocasionado serios perjuicios a los pasajeros y causado ya graves daños a las compañías aéreas, al turismo y a la economía en su conjunto". La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) también instó a los controladores a que evitasen la protesta.
AENA y el Gobierno han acusado en los últimos meses a los controladores de llevar a cabo protestas encubiertas a base de multiplicar las bajas médicas, sobre todo después del decreto de febrero. Hubo picos de absentismo en Barcelona en julio de hasta un 40%.
Diario de una trifulca
- 28 de diciembre de 2009. El colectivo de controladores aéreos lleva años sin lograr acordar un nuevo convenio colectivo. El ministro de Fomento, José Blanco, abre fuego al denunciar los "privilegios" del colectivo (una media de 340.000 euros en 2008, con casos de 600.000) y les acusa de realizar una huelga encubierta en los aeropuertos de Canarias.
- 5 de febrero. El Gobierno aprueba un decreto que cambia radicalmente las condiciones de los controladores, en el marco de un nuevo modelo para el sector de la navegación aérea, que se abre a la competencia privada. Europa se halla inmersa en el proceso de creación del cielo único europeo, que busca reducir costes. La norma amplía la jornada básica (de 1.200 a 1.750 horas), con lo que reduce el peso de las extraordinarias y rebaja los salarios un 40%.
- 18 de julio. Blanco acusa a los controladores de multiplicar el número de bajas en los últimos días en Barcelona siguiendo "consignas" pero el colectivo lo atribuye a la dureza de las nuevas condiciones. Las ausencias se repiten a lo largo del mes y AENA pide la intervención de la Inspección de la Seguridad Social, que determina que el 66% de los casos estudiados merecen el alta. En este clima, el gestor aeroportuario y el sindicato USCA tratan de negociar el convenio colectivo sin éxito.
- 23 de julio. El Ejecutivo aprueba un decreto por el que se abre a empresas privadas el control del tráfico aéreo de los aeropuertos. Los primeros concursos se convocarán en otoño.
- 30 de julio. Un nuevo decreto regula la jornada (1.670 horas más 80 extraordinarias) y descansos de los controladores. USCA pide su aplicación porque lo ve más beneficioso que la situación actual, pues aseguran que apenas tienen dos días libres al mes.
- 3 de agosto. El colectivo apoya ir a la huelga, pero no concreta la fecha. Ello bloquea las reservas y saca de quicio a la industria turística.
- 6 de agosto. Después de unos días de avances, se bloquea el diálogo por el salario y la jornada: AENA ofrece 200.000 euros anuales manteniendo la jornada, pero los controladores quieren 1.350 horas.
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