_
_
_
_
Reportaje:Próxima estación

La casa de Pepe

A pocos pasos de la parada de Drassanes existe un lugar lleno de marionetas y objetos variopintos

En la calle de Guàrdia, a pocos pasos de la parada de metro Drassanes, de la línea 3, existe un lugar lleno de marionetas y objetos variopintos, en el que reina una especie de horror vacui a la vez sentimental y guasón. Estamos en el antiguo taller de Pepe Otal, uno de los maestros locales en la ciencia del teatrillo y del muñeco de hilos o de guante, cuyo legado continúa vivo.

Este reconocido marionetista fue marinero, y de aquellos años aún se conserva una curiosa colección de objetos náuticos que tapizan varios rincones de estas salas. Sobre una pared, un arpón que tiene el aspecto de haber sido rescatado de la joroba de Moby Dick parece señalar hacia un barquito en miniatura. Con su larga barba blanca y la pipa en la comisura de los labios, un día de 1972 Pepe Otal decidió instalarse en Barcelona, donde se convirtió en alumno del gran Harry Tozer. Poco después, en 1974 fundó el Taller de Marionetas y sacó los títeres a la calle. Su idea era demostrar que su arte podía dirigirse a un público adulto y su firma se vinculó al teatro Malic, fundado en 1984.

El legado de Pepe Otal, maestro de la ciencia del teatrillo y del muñeco de hilos y guante, sigue vivo
En la calle de Guàrdia se instaló en 1914 el primer bar de camareras que tuvo Barcelona

Pepe tenía una vena libertaria y despreocupada que le hizo célebre entre la gente del teatro. Fue uno de los primeros okupas de la ciudad, instalado a principios de la década de 1970 en una vieja tienda del barrio de la Barceloneta. Pero un buen día, como suele suceder, le tocó desalojar el sitio. Abrumado por la situación, a punto estuvo de darse por vencido. La iniciativa providencial de Toni Rumbau nos salvó de perderle. Ni corto ni perezoso se fue al Ayuntamiento. "¿Saben ustedes que están a punto de cometer un genocidio cultural?", le soltó al estupefacto funcionario. Tras explicarse, le preguntaron: "¿Pero ese señor quiere ser funcionario?". "¡No!", respondió Rumbau. Si la Administración se hubiese dejado en manos de Pepe ni que fuese media hora todo el entramado de la política se habría ido al garete. Buscando una solución intermedia, el Consistorio le ofreció un espacio vacío, que hoy es la Casa-Taller de Pepe Otal.

El número 11 de la calle de Guàrdia tiene una solera acumulada a lo largo de décadas. A finales del siglo XIX aquí había una tienda de ultramarinos que vendía "Aceite superior del campo de Tarragona, cosecha familiar". Pero muy pronto el barrio toma un aspecto patibulario y en 1914 en esta calle se instala La Viejecita, primer bar de camareras que tuvo Barcelona. En la década de 1930 esto era un burdel, al lado del famoso cabaret Gambrinus y delante del tablao de Juanito el Dorado. A tanto llegó la cosa que en 1936 una comisión de vecinos se fue a quejar al presidente Lluís Companys de tanto ruido y ajetreo carnal. En la posguerra fue un bar de camareras que tenía arriba el meublé Habitaciones Madame. Aunque cuando Pepe llegó estaba en ruina total.

En esta escuela funcionaba una ley muy otaliana. Intercambiaba los alumnos con Mariona Masgrau; las chicas para él y los chicos para ella. Después vendrían los ciclos de poesía y marionetas, organizados junto con Joan Vinuesa. Hasta que un infarto se lo llevó casi en el escenario, en 2007, tras una función en la isla de Cerdeña. Fueron sus discípulos quienes ordenaron sus cosas y se convirtieron en asociación cultural, abriendo este espacio al público con motivo del primer aniversario de su muerte. Con un aforo de 70 personas y dos actuaciones al mes, han seguido la labor pedagógica de su mentor. Está abierto los miércoles, viernes y sábados, y se enseña toda clase de técnicas relacionadas con las marionetas. Además, se guarda la impresionante colección de muñecos de Pepe Otal, que han podido verse en Bilbao y en el Poble Espanyol de Barcelona. Su proyecto pasa ahora por volver a montar alguna de sus obras o de sus óperas de bolsillo.

Mientras tanto, convertida en una de las salas más acogedoras e interesantes de Barcelona, espera ser descubierta por personas como usted. Sólo basta con acercarse un día hasta allí y dejarse llevar.

El taller está abierto miércoles, viernes y sábados y se enseña toda clase de técnicas relacionadas con las marionetas.
El taller está abierto miércoles, viernes y sábados y se enseña toda clase de técnicas relacionadas con las marionetas.CARMEN SECANELLA

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_