Chequeos de ciencia-ficción
En un artículo del 4 de agosto publicado en la sección de Sociedad se puede inferir que los médicos de la sanidad pública hacemos pruebas indiscriminadas a nuestros pacientes. Nada más lejos de la realidad. Las pruebas diagnósticas se solicitan en base a lo que el paciente nos cuenta (síntomas) y a lo que el médico observa en el examen físico (signos); se corrobora su indicación según la evidencia clínica previa. Hablando en plata, se produce siempre un razonamiento en la utilización de las pruebas complementarias (radiología, análisis, etcétera).
La exigencia de los pacientes, la presión asistencial y en ocasiones el miedo al error nos hacen utilizar los recursos diagnósticos de forma incorrecta ejerciendo una medicina defensiva. Es en este punto en el que las autoridades sanitarias deberían de intervenir avalando legalmente los protocolos diagnósticos y terapéuticos de las diversas sociedades científicas, a fin de mejorar el uso de dichas herramientas.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.