Las pérdidas o una continua merma de ingresos serán causas de despido

El Gobierno sacó ayer adelante la reforma laboral en el Congreso de los Diputados gracias a la abstención del PNV y CiU, pero para lograrlo tuvo que modificar aspectos sensibles de la norma y pactarlos con los nacionalistas vascos. El más importante ha sido el relativo a las causas del despido objetivo con 20 días de indemnización por año trabajado. En el decreto en vigor del Gobierno se indica de forma muy genérica que las empresas podrán despedir a trabajadores cuando entren en "una situación económica negativa". En el texto aprobado ayer se concreta que las compañías podrán ejecutar ese tipo de despidos cuando tengan "pérdidas actuales o previstas" o cuando se produzca "una disminución persistente de su nivel de ingresos" que afecte a su viabilidad y, por tanto, a su capacidad de mantener el empleo. Las empresas tendrán que acreditar esas circunstancias.

Tanto el PP como los partidos de izquierda votarán en contra de la norma, que ahora será remitida al Senado. Si la Cámara alta no aprueba modificaciones, la norma quedará definitivamente aprobada en agosto. Si lo hace, el Congreso la votará en pleno en septiembre.