La irresistible llamada del móvil

"¡¡¡¡Guauuuuu!!!!!" Fue el chillido que pegó Guillermo Martín, de 23 años, al salir de la única tienda que anoche empezó a vender en España el iPhone 4. Eso le costó 200 euros y esperar ocho horas delante de una tienda de la calle de Goya (distrito de Salamanca). Le acompañaba su novia, Ana Sánchez, que se quedó con las ganas de tener el nuevo aparato de Apple : está pendiente de conseguir la portabilidad de otra compañía telefónica. Afuera esperan unas 150 personas ansiosas por hacerse con el nuevo teléfono móvil y estrenarlo.

Paradojas de la vida, Guillermo no era el primero de la fila. Un cuarto de hora antes de que llegara ya estaban sentados en sendos taburetes la pareja formada por Jorge Giménez de Quinto y Sandra Herranz, de 22 y 20 años. Habían llegado solo para preguntar por la puesta de largo del último invento de la compañía de la manzana y decidieron quedarse para ser los primeros. "No somos unos frikis. Simplemente hemos pensado que si volvíamos luego, tendríamos a mucha gente por delante", explicó Jorge, entre risas. Ambos estudian Administración y Dirección de Empresas. "Nos sacamos el dinero dando clases particulares, en promociones y cosillas así", añadió ella.

Una tienda de Goya abrió a medianoche para vender el nuevo modelo

Justo cuando dio la medianoche, comenzaron a pasar los primeros clientes. Llegaban un pelín tarde. El primer cliente de Airtel (la actual Vodafone), José Romero, de 62 años y trabajador del Registro Mercantil, recibía completamente gratis el iPhone 4. "Esto sí que es fidelidad. Llevo 15 años en la compañía y, la verdad, este nuevo aparato me desborda un poco. Yo estoy acostumbrado a otro tipo de teléfonos. A ver si me acostumbro a eso de tocar la pantalla", explicó este madrileño.

En la entrada de la tienda, hacía cola bastante gente, en su mayoría jóvenes y treintañeros. Algunos incluso iban con ordenadores portátiles para hacer más llevadera la espera.