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Reportaje:Vida & Artes

Otra vez a competir por la carrera que quieres

Las Universidades se llenan por la crisis y la entrada sin cupos de los alumnos de FP - El aumento de demanda sube las notas de corte - Ya no es tan fácil una plaza segura en la facultad

Las cosas parecen salir según lo previsto. Azuzados por el paro que trae la crisis y aprovechando las nuevas vías para reengancharse en la escuela, más jóvenes se empeñan en seguir formándose y más retoman unos estudios que pueden marcar la diferencia entre tener un trabajo que aguante las inclemencias económicas o quedarse en la estacada por la falta de preparación. El curso pasado, el número de alumnos de Formación Profesional de grado medio aumentó un 8,7%; los de FP de grado superior, un 10%; y los recién llegados a la Universidad pública casi un 12%.

Para este curso, el Ministerio de Educación prevé que la cifra suba aún más. Varios indicios: aumentan los aprobados en las pruebas de Selectividad. Para el próximo curso, 6.000 alumnos más optan a una plaza en las universidades madrileñas (un 12% de incremento). Por cada plaza para estudiar Medicina en la Universidad Complutense, hay ocho aspirantes. La Universidad de Valencia ha cubierto ya más del 99% de plazas, con un incremento del 21,25% de demanda respecto al curso anterior. En Andalucía, hay 8.391 alumnos más pidiendo plaza (un 15% más).

La competencia hará que los alumnos estudien más en secundaria
Se llenarán las aulas de titulaciones 'olvidadas', como Geografía o Física
Las universidades de Madrid avisaron a los alumnos para que se esforzaran
La mayor oferta de estudios del Plan Bolonia ha sido un nuevo gancho
Más información
Población menguante, matrícula creciente

Sube la matriculación, crecen las listas de espera, baja el número de universidades públicas con plazas vacías: la crisis llena las aulas. ¿Ahora qué? ¿Hay sitio para todos? ¿Hueco para que cada uno estudie lo que desea?

La avalancha de entrada a las aulas de Formación Profesional empieza a no dejar huecos. Unas 6.000 personas, según CC OO, se quedaron sin plaza el año pasado en Madrid. Solo en Elche, hay 700 personas en esa situación para el curso que viene, según el Ayuntamiento. Parece que hará falta un esfuerzo por extender la oferta.

Un par de escalones más arriba, en la universidad, no parece que la oferta total de estudios vaya a ser un problema. El gran problema que han afrontado las facultades durante los últimos años era que existían carreras medio vacías, y que el número de universidades (con sus respectivas ofertas de titulaciones) crecía mientras los alumnos menguaban cada septiembre. Ahora, después de años con sitio de sobra casi en cualquier carrera -en el curso 2007-2008 solo había 10 títulos de un catálogo de 124 a los que no se pudiera acceder, en algún lugar de España, con un aprobado justo-, la competitividad por la titulación deseada reaparece con estruendo. ¿Cómo afectará este cambio al sistema educativo y a los estudiantes?

Francisco Michavila, director de la Cátedra UNESCO de Política Universitaria de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), considera que la crisis ha sido un factor de atracción, pero también sostiene que la diversificación de la oferta con el Plan Bolonia (ya no hay un catálogo cerrado de carreras, sino que cada universidad diseña sus propios grados), ha hecho una oferta de títulos nuevos, más variada y atractiva.

"El aumento de la demanda supone que, en tiempos de crisis, la Universidad se revaloriza", según Michavila, que alerta de un peligro: que algunos centros se escuden en este aumento de alumnos para no aplicar las nuevas metodologías de enseñanza de Bolonia, que supone menos clases magistrales, más tutorías y más trabajo autónomo y en equipo.

"El aumento de la demanda universitaria en época de crisis era algo predecible", añade Guy Haug, experto europeo en universidades, que explica que no es una característica única de la Universidad española: "En EE UU está ocurriendo, incluso en carreras más difíciles que habían estado perdiendo alumnos, como las relacionadas con ciencia y tecnología".

En España, la avalancha de nuevos universitarios también llena las aulas de titulaciones olvidadas. "En carreras en las que desde hace años no había notas de corte porque no se cubrían todas las plazas, este curso volverá a haberlas. Es lo que ha ocurrido en Geografía o Lenguas Modernas", dice el vicerrector de Estudiantes de la Universidad de Zaragoza, Fernando Zulaica. Lo mismo ha ocurrido en la Universidad de Valencia, según confirma su vicerrectora de Estudiantes, Isabel Vázquez. "Este año tenemos titulaciones que hasta ahora no se cubrían y que para el curso que viene tienen hasta lista de espera. Ocurre, por ejemplo, en Física, en la que 107 personas se han quedado fuera".

Uno de los ejemplos más claros de la demanda creciente de estudiantes es lo que ha ocurrido de forma generalizada con los diferentes grados de Magisterio. En Andalucía no se cubrían todas las plazas que se ofrecían mientras que, para el curso que viene, Educación Primaria está entre los grados más demandados en esta comunidad autónoma. El Grado en Educación Infantil en la Universidad de Oviedo, que cerró con vacantes el curso pasado, tiene ahora una nota de corte de 7,7 sobre 14, la puntuación máxima introducida con el nuevo modelo de Selectividad.

Magisterio es la primera opción para muchos titulados en FP de grado superior (los que acceden a la formación tras obtener el título de bachillerato). Hasta el curso pasado, estos alumnos tenían reservado un cupo limitado de plazas en cada carrera -que oscilaba entre el 7% y el 30%- que para el curso que viene se ha eliminado. Los alumnos que provienen de Selectividad compiten en este nuevo escenario con su media del bachillerato y las pruebas de acceso, mientras que los estudiantes de FP solo cuentan con la media de su expediente.

En la Universidad de Valencia, el Grado de Maestro de Educación Infantil tendrá el curso que viene el doble de alumnos de FP, que cubren el 60% de las plazas. La nota ha subido tres décimas en un curso. Ahora se necesita un 9,818 sobre 14. "Han subido las notas de corte en todo, hay listas de espera en casi todas las carreras", asegura la vicerrectora Isabel Vázquez. Su frase dibuja el nuevo panorama: hace falta más esfuerzo, hay más alumnos detrás de cada plaza. Hasta que no se cierre la matrícula en septiembre, no se conocerán los datos definitivos de los nuevos universitarios provenientes de FP, aunque ya hay indicios para pensar que aumentarán, y mucho. En 2009, los alumnos que accedían a la Universidad desde ciclos formativos suponían un 10% del total. Para el nuevo curso, solo en Andalucía y solo con los datos de junio, ya representan el 26%.

El Ministerio de Educación prevé hacer un estudio pormenorizado a partir de septiembre para analizar, entre otras cuestiones, cómo han funcionado la supresión de cupos y los resultados del nuevo modelo de Selectividad, implantado desde este curso con reproches.

La Asociación de Jóvenes Estudiantes de Cataluña (AJEC) ha criticado por ejemplo que el nuevo acceso para FP -cuyos alumnos entran con un tope de 12 puntos frente a los 14 del resto- es una medida "arbitraria e injusta que crea agravios", según un portavoz. La limitación de nota ha provocado que se queden fuera de varias titulaciones. En Cataluña, según AJEC, ha ocurrido en los grados de Física y Matemáticas de la Autónoma de Barcelona, en Ingeniería y Tecnologías Aeroespaciales de la Politécnica de Cataluña o en Medicina de la Universidad de Barcelona.

Uno de los alumnos de FP afectados por el tope en Medicina presentó incluso una queja al Defensor del Pueblo, al considerar que los estudiantes como él son tratados como "gente de segunda clase" con el nuevo sistema. El estudiante explica, según AJEC, cómo un alumno brillante de FP que obtuviera 10 en todas las asignaturas seguiría teniendo un tope de 12 sobre 14.

El curso que viene, según lo previsto por el Ministerio de Educación, los alumnos de FP se someterán solo a los exámenes optativos de la Selectividad para subir nota. AJEC pide, en lugar de esa opción, que se establezca un proceso homogéneo para todos los alumnos, porque los estudiantes de FP tendrán que rendir cuentas solo de algunas asignaturas mientras que bachillerato tiene una prueba que evalúa todos los conocimientos.

Los estudiantes catalanes piden una selectividad para todos, igual que sus instituciones universitarias. Gemma Fonrodona, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad de Barcelona, no cree que unos alumnos sean mejores que otros -tanto los que vienen de selectividad como los de FP superior han aprobado el bachillerato, y los segundos además una titulación superior de dos años-, pero los que provienen de Selectividad pasaron una prueba de nivelación que contrarresta de manera objetiva y general las notas que ponen los centros. Fonrodona cree que habría que hacer una selectividad completa que aporte esa nivelación y un sistema comparable al que tienen que pasar los recién salidos del bachillerato. "Estamos hablando con el ministerio, pero no sabemos qué pasará. Es complicado preparar una prueba así, porque hay ciclos formativos muy distintos".

Se solucione de una forma o de otra, lo que sí es cierto es que ahora son más para los mismos sitios. ¿Es positiva esta recobrada competitividad?

"Ese interés y concurrencia, como en el mejor deporte, es positivo, y compatible con que haya otras titulaciones y otras plazas a las que apuntarse", considera Margarita Barañano, vicerrectora de Estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid. "La competitividad es positiva, demuestra el interés por el estudio. Llegan los mejores, porque las plazas se reparten en función del mérito y la capacidad", añade.

"Es bueno que haya cierta competencia, entre otras cosas porque puede estimular los estudios desde la secundaria. No veo muchos inconvenientes a no ser que se convirtiera en una falta masiva de plazas, algo que no ocurre", considera el experto Guy Haug. "Es imposible casar del todo la oferta con la demanda, los responsables de la oferta deben pensar en los intereses de la sociedad en general".

Las universidades madrileñas ya recomendaron el año pasado a los bachilleres que se esforzaran ante una posible avalancha, porque ya el curso pasado el número de aspirantes a la Universidad se incrementó. "Les avisamos con cartas a los centros tras conocer por diversas fuentes que muchos estudiantes pensaban no hacer la parte específica [la que sube nota]. Les advertimos de que las notas de corte pueden variar y les explicamos que hacer ese examen no cuesta mucho", señala Barañano, que mantiene el mismo consejo para el curso que viene. "A los futuros universitarios les diría que intenten conseguir la máxima nota porque nunca se sabe las vueltas que puede dar la vida y lo que te puede acabar interesando". Recomienda afrontar la decisión con "mente flexible" porque "se puede empezar en una carrera y acabar en otra". También aconseja apurar las 12 opciones que permite la prematrícula para garantizarse un hueco. En caso de fallo, añade, hay que volver a intentarlo porque la Selectividad siempre conserva la mejor nota aunque se repita el examen. "La constancia es un buen mecanismo para la vida", concluye.

Los nuevos universitarios empiezan a llenar las plazas de titulaciones que antes no tenían gran demanda, como Geografía o Física.
Los nuevos universitarios empiezan a llenar las plazas de titulaciones que antes no tenían gran demanda, como Geografía o Física.TEJEDERAS

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