ETA y la izquierda 'abertzale' están desconectados desde hace meses
Inquietud en los dirigentes del partido ilegal por el silencio de la banda
"No sabemos nada de ETA", aseguran fuentes próximas a la izquierda abertzale. Desde hace meses existe, además de un distanciamiento político, una desconexión entre ambas organizaciones. Una situación que muestra que ningún proceso terminal de un grupo armado es igual a otro. Así, en el proceso final de la violencia en Irlanda del Norte, el Sinn Fein, el brazo político, mandó sobre el grupo armado, el IRA. Pero en el caso del País Vasco, Batasuna, el sector político de ETA, nunca se impuso sobre la banda terrorista y, ahora, en la etapa final se ha producido el distanciamiento y la desconexión.
La desconexión está relacionada con el acoso policial por el que atraviesa la banda. Numerosos dirigentes y militantes han sido detenidos desde que rompieron la tregua hace tres años, lo que ha generado inseguridad en ETA y le ha obligado a restringir sus movimientos. Pero, tampoco hay buena sintonía entre la banda y la izquierda abertzale. Esta apostó hace dos años por abrir un proceso político por vías pacíficas, ratificado este mes de febrero por sus bases, mientras ETA no termina de definir su posición, aunque en agosto cumplirá un año sin atentados (con excepción del policía francés que la banda mató en marzo durante un enfrentamiento).
ETA lleva casi un año sin atentados, pero evita definir su posición
Los etarras no han dado respuesta a la petición de cese de los premios Nobel
Los dirigentes de la izquierda abertzale están inquietos por la indefinición de ETA. Hace meses, cuando se relacionaban con la banda, les trasladaron sus planes de apertura de un proceso político por vías pacíficas, con la puesta en marcha de un polo soberanista y del compromiso de los asesores internacionales. Y pidieron a ETA que se comprometiera con el nuevo proceso con el abandono de la violencia.
ETA ha emitido en esta etapa tres comunicados: el primero, en enero, y el último, en abril. En los de enero y marzo, era ambigua. Decía que apoyaba las propuestas políticas de la izquierda abertzale, pero, a la vez, no renunciaba al terrorismo.
En el último comunicado, el de abril, la banda señalaba que la desactivación de la "respuesta armada" no solucionaba el "conflicto político". En el mismo comunicado se comprometía a responder a la petición de los asesores internacionales, que le habían pedido una semana antes una tregua permanente y verificable como paso previo al desarme, siguiendo los principios Mitchell, que inspiraron el proceso de paz irlandés. Firmaban la petición, desde Bruselas, cuatro premios Nobel -los sudafricanos Desmond Tutu y Frederic Willem de Klerk y los irlandeses John Hume y Mary Robinson- y la Fundación Nelson Mandela. Su animador fue el asesor de la izquierda abertzale, el abogado Brian Currin, curtido en los procesos de paz de Sudáfrica e Irlanda.
Desde abril, ETA no ha emitido ningún comunicado en respuesta a la petición de los premios Nobel. De ahí la inquietud de los dirigentes de la izquierda abertzale, empeñados en la apuesta por las "vías políticas y pacíficas de modo irreversible", según fuentes próximas a ese movimiento. En este contexto, el 10 de julio, Arnaldo Otegi, publicó, desde la cárcel, una carta, tácitamente dirigida a ETA, en la que ponía en valor los avances de la izquierda abertzale, como el acuerdo sobre el polo soberanista, logrado con EA, y la profundización de la unidad sindical entre los sindicatos LAB y ELA. Otegi pedía, implícitamente a la banda, que cesara y cediera el protagonismo del "nuevo proceso" a los políticos. En junio, otro dirigente, Rufi Etxeberria, recordaba que ETA, como parte de la izquierda abertzale, estaba obligada a obedecer el mandato de las bases a favor de "vías políticas y pacíficas", decidido en febrero. Ahora, los dirigentes políticos se han fijado un nuevo plazo, fines de septiembre, para que ETA asuma la petición de los asesores internacionales. De no hacerlo, aumentarán su presión sobre la banda porque en otoño quieren iniciar la campaña para participar en las elecciones municipales y forales de 2011.
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