Fin del monopolio en los casinos
Lloret de Mar inaugura la única sala que no pertenece a la familia Suqué
La suerte está dando la espalda a los casinos en Cataluña, que el año pasado redujeron el 10% sus ingresos y, pese a que no perdieron visitantes, estos arriesgaron el 15% menos de dinero en las mesas de juego. Un año antes los ingresos de los casinos ya habían caído el 6%. Aun así, quedan valientes en el sector del azar y el panorama no asusta al nuevo operador catalán que ha entrado en juego, el grupo Atzaria, liderado por Joan Lao, que inauguró ayer en Lloret de Mar el Casino Costa Brava. La apuesta desafía a la crisis y la tradición, ya que rompe por primera vez el monopolio que existía en cuestión de casinos en Cataluña: hasta ahora, todos estaban en manos de una misma familia.
El establecimiento ha costado 50 millones y espera atraer 2.000 visitas semanales
El lujoso complejo, a cuya puesta de largo oficial (sus puertas abrieron en realidad el 1 de julio, pero sin fiesta) acudió el consejero de Innovación, Universidad y Empresa, Josep Huguet, combina las mesas, las ruletas, una sala de póquer y 150 máquinas recreativas con un palacio de congresos con capacidad para 1.500 personas, un restaurante de cocina de vanguardia a cargo del chef Ramon Freixa y una sala para exposiciones y eventos culturales.
Ha costado 50 millones de euros y llega el último, pero con ganas de subirse al podio deprisa: aspira a situarse como el segundo de Cataluña, después del de Barcelona, con una previsión de unos 25 millones de euros de facturación en 2011.
Al margen del desafío que supone abrir un nuevo casino en un momento en que el sector del juego anda alicaído, la instalación de Lloret de Mar tiene otro reto por delante: competir con Casinos de Cataluña, del grupo Peralada, propiedad de la familia Suqué, que hasta la actualidad había monopolizado el sector al ser durante los sucesivos gobiernos de CiU el único concesionario de los tres casinos que había en Cataluña: el de Barcelona, el de Peralada y el de Lloret de Mar. Este último fue trasladado a Tarragona, pero el grupo Peralada mantenía abierta, no sin generar polémica, una sala de juego en la localidad gerundense, que funcionaba como una sucursal del casino de Peralada y que cerró el pasado 29 de junio, dos días antes de que el nuevo complejo de Joan Lao abriera sus puertas, ya que así lo había exigido el Gobierno catalán.
El establecimiento ha abierto sus puertas tres años después de que la Generalitat diera a conocer el resultado del concurso, en el que también participó el grupo Cirsa, de Manuel Lao, hermano del ganador, Joan Lao, que posee el 80% de la corporación Conei. La familia Torrella tiene un 10%, y Guitart Hoteles, otro 10%. Este último es propietario del hotel Monterrey, junto al que se levanta el nuevo casino, cuyo atrevido diseño está firmado por el equipo b720 Arquitectos. Da empleo a 250 personas, la mayoría formadas en la escuela de crupiers del propio hotel Monterrey, además de a una veintena de trabajadores que provienen de la antigua sala de juego de Lloret que el grupo Peralada cerró. Según Francesc Codina, consejero delegado de la presidencia de Conei, "el 4% de los beneficios del casino se cederán a una fundación municipal para promover eventos socioculturales".
La entrada de un nuevo operador en el negocio de los casinos en Cataluña fue favorecida por un decreto aprobado por el tripartito en 2006 que ampliaba a cuatro el número de casinos permitidos en esta comunidad autónoma. Las bases del concurso exigían que ninguno de los socios y accionistas que acudieran a la puja pudieran tener participaciones en el capital o en los cargos directivos en más de tres sociedades explotadoras de casinos de juego en Cataluña, lo que ponía las cosas difíciles al grupo de Suqué, que se presentó al concurso sin éxito.
El fin del monopolio representa una buena noticia para la patronal del juego privado en Cataluña, Patrojoc, que preside Albert Sola. "Hasta ahora el sector en Cataluña era atípico, había tres casinos, pero en realidad eran uno solo. Cuantos más operadores haya, mejor", apunta Sola. El presidente de Patrojoc se muestra convencido de que el nuevo casino de Lloret de Mar logrará capear la crisis gracias a que "tiene un grupo empresarial potente detrás" y a que su oferta va más allá del juego, con una apuesta clara por atraer visitantes de alto nivel adquisitivo durante todo el año en una localidad con fama de receptora de turismo juvenil y juerguista.
El objetivo del grupo es que un promedio de 2.000 personas visiten las instalaciones recreativas cada semana. Las previsiones son optimistas si se tiene en cuenta que la patronal Patrojoc considera que el sector, tocado por la crisis y por el auge de las apuestas on-line, "ya no volverá a ser lo que era", a pesar de que el año que viene, suspira, "puede empezar ya a dar signos de recuperación".
Azar en las arcas públicas
A pesar de que la inauguración oficial del Gran Casino Costa Brava se celebró ayer, más de 5.500 personas ya han pisado su moqueta desde que abrió al público el 1 de julio. Según Joan Lao, responsable y dueño mayoritario del proyecto, la cifra sobrepasa sus expectativas. Aun así, no cree que cuando el casino pierda novedad caiga la asistencia y espera 2.000 visitas a la semana.
En 2009 creció el número de visitantes de los casinos catalanes (871.226 personas, el 7,2% más que en 2008). El problema es que más visitas no significan más dinero encima de las mesas. El volumen de dinero que gastaron los visitantes se redujo el 15%, a 281,4 millones de euros. Los ingresos adelgazaron: los 105,2 millones de euros de 2008 pasaron a 94,7. Como consecuencia, la Generalitat ha visto reducida la recaudación por las tasas que cobra por el juego en los casinos. En 2009 recaudó 25,6 millones de euros, el 14,7% menos que un año antes. También notaron este descenso bingos, máquinas recreativas y rifas.
La recaudación global del Gobierno catalán por actividades de azar ascendió el año pasado a 290,2 millones, el 3,9% menos que en 2008.
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