Urkullu confía en un nuevo acuerdo con el PSE para las cuentas de las diputaciones

El presidente del PNV, Iñigo Urkullu, estuvo ayer grave en sus mensajes sobre la negociación para un eventual respaldo de su grupo en el Congreso a los Presupuestos Generales del Estado, pero cambió de tono y de punto de vista al responder sobre sus expectativas para la que debe darse en Euskadi.

Las tres diputaciones gobernadas por el PNV están en minoría y precisan del concurso, mediante al menos la abstención, de los socialistas para aprobar sus cuentas anuales. Así ha sido en los últimos ejercicios y el PNV confía en que también será así en este.

Para el PNV sería una considerable contrariedad tener que comparecer a los comicios municipales y forales del año próximo sin haber podido aprobar los presupuestos en las instituciones de las que es responsable, tanto de las tres diputaciones como de numerosos ayuntamientos. Bien es cierto que la misma situación se les plantea a los socialistas en bastantes de sus consistorios.

El líder del PNV cree que no habrá un escenario de "dificultades"

El acuerdo de estabilidad presupuestaria e institucional que sellaron el otoño pasado PNV, PSE y Hamaikabat, por su presencia en el ejecutivo foral de Guipúzcoa, solventó el problema para unos y para otros.

A él se refirió ayer precisamente el presidente del PNV, en la confianza de que se reedite. Según Urkullu, esa necesidad de su partido en las tres diputaciones no estará presente, ni será moneda de cambio, ni tendrá un mínimo hueco, en la mesa de negociación que se llegue a formar con el PSOE y el Gobierno central.

A su juicio "son ámbitos diferenciados", dijo, tras asegurar y recalcar que el año pasado la cuestión de los apoyos precisos para sacar adelante las cuentas de las diputaciones "no estuvo en la mesa de negociación de los Presupuestos Generales del Estado", en Madrid. En esta cuestión doméstica "suscribimos un acuerdo de estabilidad presupuestaria e institucional, del que se derivó la aprobación de los presupuestos en las distintas instituciones vascas", rememoró. Fue así, con la excepción de los del Gobierno, que ya venían garantizados por el pacto de bases para el cambio entre del PSE-EE y el PP. El PNV, en pago a la abstención del PSE en las Juntas Generales, evitó oponerse al proyecto de ley del Gobierno y se abstuvo también, de modo que las primeras de Patxi López fueron las cuentas con la menor oposición de toda la historia de la autonomía.

Urkullu insistió mucho en la separación total de ambos ámbitos de negociación y dio por hecho que en el caso de las instituciones forales no habrá ningún problema."Si hace un año fue posible ese acuerdo presupuestario y de estabilidad y además las Juntas Generales han aprobado las medidas de ajuste dictadas por el Gobierno vasco, no entendemos que este año haya que trabajar sobre [la hipótesis de] dificultades", analizó.

El presidente del PNV mostró pleno convencimiento en que las tres formaciones firmantes en 2009 "seguiremos trabajando en base al acuerdo de estabilidad". Citó, de añadido, que, en el PNV, una reedición de esa fórmula "nos suscita la ilusión por definir muy bien políticas públicas, fiscales y de sostenibilidad de servicios sociales, que tienen su reflejo en los presupuestos" de cada institución.

Fue la única materia en la que el presidente del PNV mantuvo una posición claramente confiada y conciliadora en toda su comparecencia. Por lo demás, cargó duramente contra el lehendakari, Patxi López, al que acusó de mantener sobre el Estatuto una posición "todavía más restrictiva" que la del Gobierno central . Urkullu negó que las propuestas de resolución del PNV derrotadas en el Congreso fueran partidistas. Y acusó a López de estar "renunciando a una de sus principales obligaciones y responsabilidades", la de reclamar "más autogobierno", que, a su juicio, es lo mismo que perseguir "más bienestar". En opinión del presidente del PNV, "es el lehendakari y su Gobierno quien tendría que estar con el PNV en Madrid negociando más competencias y más autogobierno". Sin embargo, añadió, "el tiempo pasa y el PSE y el Gobierno vasco siguen con su obsesión hacia el PNV".