Causas y síntomas
Al tomar medidas contra la crisis, el Gobierno debería examinar y atacar sus causas, no sus síntomas. El déficit y el paro son síntomas. La especulación inmobiliaria, la irresponsabilidad de los créditos bancarios fueron las causas. Habría que hacer políticas para incentivar otros sectores económicos diferentes que el de la construcción, formar trabajadores de calidad, evitar que la gente invierta en pisos en cuanto tiene un pequeño capital, evitar la especulación con bienes básicos (márgenes escandalosos de las grandes superficies y agricultores que no pueden subsistir). Habría que pensar a largo plazo, en definitiva. La política agraria tiene en otros países europeos la función de que los pueblos no se vacíen. Aquí no ha servido más que para que los terratenientes obtengan beneficios de cultivos improductivos, sin que por ello la vida en los pueblos pequeños sea sostenible.
Para los dirigentes es el momento de la serenidad y de pensar en profundidad el sistema. Y para los que nos aprieta el paro y la necesidad, es el momento de unirse y actuar, de plantear iniciativas, de hablar y proponer cosas, de reaccionar.