Urdaibai y la innovación

"El arte puede ser un catalizador del cambio en Urdaibai", defendió ayer el artista y profesor de la Facultad de Bellas Artes Jesús Mari Lazkano en Ecosistemas de innovación en reservas naturales. El caso de la reserva de la Biosfera de Urdaibai, uno de los cursos de verano Bilbao Arte eta Kultura (BAK). Mientras el Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya mantienen posiciones contrapuestas que bloquean el proyecto, la ampliación del Guggenheim en Urdaibai sigue siendo objeto de atención preferente en el estudio del futuro de las reservas naturales, entre otros planes de futuro relacionados con el turismo o la industria verde.

Dos años después de que la Diputación de Vizcaya hiciera público su plan de abrir un nuevo Guggenheim en Urdaibai para convertirlo en tractor de la revitalización de esta comarca, la función que cumplió con éxito el museo en el Bilbao deprimido por la crisis industrial, el proyecto está bloqueado. Las posturas del Gobierno vasco y la Diputación de Vizcaya son contrapuestas en un proyecto en el que están obligados por los estatutos del Guggenheim a ir de la mano. La Diputación quiere seguir adelante con el nuevo museo convocando el concurso de ideas; el Gobierno se ha decantado por abandonar definitivamente un plan que considera caro, insostenible e inadecuado para el País Vasco. Los ponentes del curso sobre Urdaibai optaron por distanciarse del enfrentamiento político.

"Urdaibai va a salvar el museo", defendió el pintor Jesús Mari Lazkano

La ampliación en un espacio protegido sería inviable en Cataluña

Lazkano propuso un museo abierto y disperso, que se extienda en el territorio y evite la construcción de un edificio de gran impacto arquitectónico. La recuperación y la puesta en valor de las edificaciones ya existentes son su alternativa al icono creado por una firma arquitectónica de relumbrón. El pintor defendió la creación de laboratorios interdisciplinares donde artistas y profesionales de distintas ramas intercambien ideas. El arte, dijo, es una experiencia transformadora que cada creador vive en su estudio. El museo de Urdaibai debería, añadió, hacer sentir a todo el mundo esa experiencia renovadora. "El museo no va a salvar Urdaibai", sentenció. "Urdaibai va a salvar al museo".

Ramón Zallo, catedrático de Comunicación Audiovisual de la Universidad del País Vasco y coredactor del Plan Vasco de la Cultura, abogó por una política cultural que invierta más en personas que en grandes proyectos arquitectónicos. Coincidió con Lazkano en la defensa de un museo "extensivo" y rechazó la inversión de 133 millones de euros que calculan los estudios de viabilidad sobre la ampliación del Guggenheim porque "hay otras prioridades".

Zallo se opuso al "economicismo cultural" que impulsa el proyecto del nuevo Guggenheim de Urdaibai. "Utilizan la cultura para el desarrollo, no por el interés cultural en sí mismo", criticó. Su propuesta propuso la fusión de los proyectos del Gobierno vasco y de la Diputación para la reserva sobre la base del binomio del arte y el respeto a la naturaleza. El concurso internacional de ideas debería convocarse, defendió, no para elegir la arquitectura de un nuevo Guggenheim, sino para diseñar la programación y los contenidos de una iniciativa "a escala del país" y con el máximo consenso social.

La abogada catalana Roser Rafols, especialista en temas medioambientales, defendió el valor de la marca Guggenheim para impulsar una ampliación en un espacio natural protegido, a pesar de que no cuenta con experiencia específica en ese terreno. "Su carácter potente y global pueden aportar un beneficio", señaló. En su opinión el proyecto de ampliación del museo, sometería al entorno natural a la presión del turismo pero dentro de una visión económica "positiva". A pesar de los puntos de interés que encontró en el plan del nuevo Guggenheim, reconoció que en Cataluña no sería posible llevarlo a cabo, dadas las restricciones legales a la construcción en zonas protegidas.