Robben ya tolera el dolor

Arjen Robben (Bodum, Groningen; 1984) siempre fue tan consciente de la fragilidad de su cuerpo que quiso terminar el colegio ante la eventualidad de una lesión grave que le obligara a abandonar el fútbol. Estudios elementales, pero suficientes para poder aprender holandés, alemán, español e inglés, gracias a sus aventuras desde muy joven en las mejores ligas europeas. Aunque las lesiones le han perseguido incansablemente, al menos ahora parece poder minimizar sus daños. Él mismo está sorprendido de cómo se ha recuperado del desgarro en los gemelos sufrido justo antes de que Holanda volara a Sudáfrica, el 4 de junio, en un amistoso frente a Hungría. Se puso en manos de un fisioterapeuta de 77 años, Dick Van Torn, y se recuperó para volver unos minutos en el tercer partido de la primera fase frente a Camerún.

Holanda ganó profundidad con él, que ya marcó en los octavos ante Eslovaquia antes de ser decisivo en los cuartos ante Brasil -provocó la expulsión de Felipe Melo- y anotar de nuevo frente a Uruguay en las semifinales, esta vez de cabeza. "Si ya marca hasta de cabeza...", comentó ayer Franz Beckenbauer, el presidente de su equipo, el Bayern de Múnich. "Está sometido a un tratamiento de nuestro médico, Han Wilhelm Müller-Wolfart, que le ha ayudado a controlar las lesiones. A Robben le encanta Múnich y habla alemán", explicó Beckenbauer. 16 goles en 24 partidos en el conjunto de Van Gaal le han dado para ganar la Liga, la Copa alemana y caer en la final de la Champions ante el Inter.

Velocidad y regate están en los genes de Robben, un extremo de toda la vida. El Maestro Tabárez diagnosticó que su fuerza, más que en sus piernas, está en su cadera. Una vez la clava en la posición adecuada, sale disparado en dirección a la portería, en diagonal preferentemente. Zurdo cerrado, prefiere jugar en el extremo derecho a fin de abrirse el ángulo para disparar con la izquierda. Los holandeses confían en que esta noche imponga su velocidad sobre Capdevila, pero el lateral español está tan fino que ya desactivó a Cristiano Ronaldo en los octavos de final.

Admirador de Romario, Robben es sobre todo un regateador: le gusta encarar y desbordar. Y como tal, recibe muchas faltas, aunque también tiende a exagerarlas, como le acusaron los brasileños. O como le recriminó Pepe Reina, el meta del Liverpool, cuando fue expulsado ante el Chelsea en Stamford Bridge tras tocarle la cara al holandés y caer éste teatralmente. "Mereció el Oscar", dijo Reina, enfurecido. Al Chelsea, Robben llegó con 20 años y la enésima lesión que le impidió debutar hasta noviembre de 2004. Roman Abramovich pagó 18 millones al PSV Eindhoven (donde superó un cáncer de testículos) después de que el jugador se hubiera reunido en Manchester con el entrenador del United, Alex Ferguson, dispuesto a abonar tan solo siete. En tres años en Londres, firmó 15 goles en 67 partidos, contribuyendo a los dos primeros títulos de Liga consecutivos de la historia del Chelsea.

Robben llega al Madrid de los holandeses por 35 millones en agosto de 2007. Siguió en el promedio del Chelsea, tanto de lesiones como de goles, lo que lo convirtió en el candidato ideal para ser traspasado al Bayern cuando llegaron Kaká y Ronaldo. Van Gaal le ofreció el dorsal 10 que había llevado Roy Makaay y, pese a un arranque difícil, fue creciendo hasta convertirse en el jugador del año en la Bundesliga, el primer holandés en conseguirlo, muy por encima de su compañero Ribèry.

Robben es considerado un producto del PSV. Su escuela, sin embargo, es el Groningen, donde debutó con 16 años, comenzando una carrera vertiginosa que le llevó con 18 al PSV, que pagó por él 3,6 millones. Allí formó una delantera con Kezman, bautizados por la grada de Eindhoven como Batman y Robben. Su nombre, por cierto, no tiene nada que ver con la isla donde estuvo encarcelado Nelson Mandela durante 27 años, Robben Island. Robben se refiere a los pinípedos, un grupo de mamíferos marinos que rodean la famosa isla de Ciudad del Cabo.