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Reportaje:SUDÁFRICA 2010 | Holanda-España

No hay tregua para Capdevila

El lateral, que llegó cuestionado al Mundial, se las verá hoy con Robben tras jugar un gran torneo

Joan Capdevila, miembro por derecho de la mejor generación del fútbol español, es un tipo peculiar que llegó cuestionado al Mundial y ha terminado por ser uno de los mejores laterales del campeonato, con permiso de Gio Van Bronckhorst y del paraguayo Morel. "Ha hecho un Mundial excepcional", asegura Xavi. Llegó dispuesto a superar los 50 partidos internacionales y lo consiguió al jugar los cuartos contra Paraguay. Hoy, en la final, disputará su partido número 52 con La Roja. Ese día, contra Paraguay, se marcó otro objetivo: rapar a Puyol si España gana la final. Como suele hacer, camino del campo escuchará alguna canción de Barricada. De un tipo capaz de bailar con un cubata en el hombro se puede esperar cualquier cosa. "Me lo enseñó Cazorla, lo juro", asegura el defensa.

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Con frecuencia ninguneado, Capdevila es el jugador que todos los entrenadores y compañeros quisieran tener en el equipo. Potente como pocos, listo, rápido y tremendamente competitivo. Nació en Tárrega hace 32 años, debutó con 20 en Primera con el Espanyol y lleva 12 temporadas en la Liga, repartidas entre el Atlético de Madrid, el Deportivo -dos veces campeón de la Supercopa de España y una Copa del Rey- y el Villarreal, donde llegó en 2007 y donde, más allá de lo familiar (ha sido padre) ha vivido una temporada convulsa. "Empezamos fatal y lo arrastramos todo el año, aunque al final recuperamos posiciones. Pon que la culpa no fue de Valverde, que fue de los jugadores, absolutamente. ¡Pero ponlo grande que quiero que quede claro!", se desmelena.

Hijo de futbolista, su padre fue central muchos años en categorías menores; la primera vez que jugó de defensa en el equipo del pueblo se marcó un gol en propia puerta: "El entrenador me mandó para adelante, me dijo que no servía de defensa", explica entre risas. Capdevila no tiene jefe de prensa, pero ni falta que le hace para que se le entienda todo. "La final, a saco", dice. "Es una garantía, siempre le encuentras en el campo, en defensa y en ataque", sostiene Busquets.

"Ha sido fundamental en la solvencia de la defensa", le reconoce Del Bosque. Por algo es uno de sus indiscutibles y no se ha perdido ni un minuto en este Mundial. Capdevila es el quinto futbolista de la selección española que más ha participado en el juego (ha dado 412 pases, el 82% bien) pero solo el 22 por ciento de los centros han sido buenos: "Con tanto defensa, no hay manera de que llegue a uno de los nuestros", se lamenta un tipo que ha aprendido a saber cuándo debe dar el paso adelante y cuándo guardar la choza. Capdevila ha cometido cinco faltas y ha recibido 87, un dato que demuestra lo atento que ha estado en la anticipación.

"Su rendimiento habla de él como jugador, vive al servicio del equipo", sostiene Puyol, que le señala como una persona muy importante para el grupo, por mucho que deba ser el único que no ha pasado por su habitación. Como ya sucedió en la Eurocopa, durante la concentración en Neustift, el cuarto de Capdevila en la Universidad de Potchefstroom ha sido epicentro del convivir diario, el más concurrido por un grupo que le tiene por referente. "Es un crack", sostiene Piqué.

Listo para otra noche de acción, a Capdevila le buscará las vueltas Robben esta tarde, seguramente el mayor dolor de cabeza que pueda tener la selección en el partido contra Holanda. "Tendré faena, así que a currar, ¿qué puedo hacer si no?", explica en ese catalán tan peculiar. Dice que cada mañana, cuando se mira al espejo, le entra la risa de estar donde está, porque dice sentirse un pato entre delfines. "¡Son tan buenos! Busi, Xavi, Iniesta. Piqué... A veces pienso ¿qué pinto yo aquí?", dice. A diferencia de Puyol, él no tiene ninguna prisa por marcharse de la selección. "Que me echen, mientras aguante aquí seguiré y a ser posible, como campeón del mundo", dice. No hay tregua para Capdevila.

Capdevila durante el partido de semifinales contra Alemania
Capdevila durante el partido de semifinales contra AlemaniaAFP

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