Apagón informativo a causa de la 'ley mordaza' en Italia
El paro contra la norma que intenta restringir la difusión de escuchas judiciales fue del 97%, según los periodistas
Italia vivió ayer sin medios de comunicación. No hubo noticias en radio y televisión, y los quioscos aparecieron espectralmente vacíos. Salvo media docena de diarios afines al primer ministro, Silvio Berlusconi, la huelga convocada por la Federación Nacional de la Prensa Italiana (FNSI) para protestar contra la ley mordaza fue secundada de forma masiva. Según estimó el sindicato, se adhirieron al paro el 97% de los periodistas y los medios de información del país.
El apagón trataba de sensibilizar a los ciudadanos sobre las consecuencias de la ley de escuchas judiciales, en proceso de aprobación parlamentaria. El proyecto prevé, entre otras, condenas de hasta 30 días de cárcel o sanciones de hasta 10.000 euros para los periodistas que publiquen escuchas durante las investigaciones judiciales o actas bajo secreto, y fija multas de entre 300.000 y 450.000 euros para los editores de los medios que lo permitan.
El proyecto incluye condenas de 30 días de cárcel y multas de 450.000 euros
Según la Federación Nacional de la Prensa Italiana, la nueva norma "limitará la libertad de información y perjudicará la lucha contra la mafia". Berlusconi ha replicado que la ley, una promesa electoral, es "sacrosanta y urgente, porque los ciudadanos italianos viven con miedo a ser espiados".
"El éxito de la huelga ha sido excepcional, mayor del esperado", valoró a media tarde un portavoz de la Federación de periodistas. "Salvo cuatro o cinco periódicos, el apagón ha sido absoluto". El canal de información continua Sky Tg24, propiedad de Rupert Murdoch, ofreció solo programas grabados y anunció a sus espectadores la huelga con rótulos. Los periodistas de la televisión pública RAI pararon en su inmensa mayoría, igual que los del grupo Mediaset, propiedad de Silvio Berlusconi.
Algunos canales mostraron ventanas informativas a sus espectadores, en regla con lo estipulado por el sindicato. Los diarios que llegaron a los quioscos son Il Giornale (de la familia Berlusconi), Il Tempo, Il Foglio, Libero e Il Riformista. El diario católico Avvenire tampoco se publicó,pero sí lo hizo L'Osservatore Romano, que se edita en la Ciudad del Vaticano.
