"La huelga era la única forma de informar a la población"

El director de La Repubblica, Ezio Mauro, ha renunciado hoy, como toda su plantilla, a informar a sus lectores y a un día de sueldo para protestar contra la ley mordaza. En una entrevista con este diario, Mauro explica que la huelga era "el único modo de hacer llegar a los ciudadanos que se informan por televisión de lo que está pasando en Italia".

Pregunta. ¿Qué valoración hace de la huelga?

Respuesta. Solo han salido a la calle los periódicos de la derecha, como estaba previsto. La protesta ha funcionado muy bien. Los ciudadanos se han encontrado sin periódicos, los sitios web no se han actualizado, y las televisiones, aunque han sido ignoradas por el proyecto de ley, no han emitido los telediarios. Sé bien la paradoja que supone el hecho de ponernos nosotros mismos la mordaza de forma preventiva. Pero la huelga era el único modo de obligar a las televisiones del régimen a explicar a la gente de que solo se informa por televisión que el Gobierno está preparando una ley que quiere acabar con el funcionamiento normal de la prensa y de la magistratura.

P. Incluso las redacciones de Mediaset han secundado la huelga de forma mayoritaria.

R. No sé si al 100%, pero al menos lo suficiente como para paralizar los espacios informativos. Es importante, así sus espectadores habrán entendido que el presidente del Gobierno y propietario del sistema televisivo quiere limitar su derecho a ser informados. Es vergonzoso que un editor tenga esa concepción de la libertad de información y quiera romper el circuito democrático poniendo palos en las ruedas de los jueces y los periodistas. Ahora sus espectadores también lo saben.

P. A pesar de todo, algunos diarios han salido a la calle y la profesión periodística ha aparecido dividida ante la huelga.

R. Los diarios que han llegado a los quioscos han intentado dividir a la profesión con la excusa de que era mejor salir para informar sobre este abuso. Cabe preguntarse qué hacen los otros 364 días del año, por qué no explican a sus lectores lo que pasa en el país y eligen justo el día de la huelga para hacerlo. No se trata de una protesta corporativa, los periodistas somos también ciudadanos, y la resistencia a esta ley irracional y antiliberal es doble.

P. ¿Tiene la impresión de que la ley se aprobará finalmente?

R. Creo que no pasará. Desde luego, no tal y como está ahora. Si le dan la vuelta del todo, será una burla para Berlusconi; si se aplaza y no se aprueba, será una derrota política. De todos modos, ya ha perdido: al inicio había dicho que los periódicos no podrían escribir nada sobre las investigaciones en curso y eso ha ido cambiando. En cualquier caso, es una ley fea, basada en el principio de que el Gobierno puede decidir lo que pueden escribir los periódicos y cuándo lo pueden escribir.

P. Italia vive un momento lleno de escándalos políticos. ¿Quizá sea esa la razón de la ley?

R. La ley mordaza, es evidente, nace del miedo a que se publiquen las interceptaciones que afectan al Gobierno y a la mayoría de centro-derecha. La presión de la opinión pública ha llevado ya a la dimisión de dos ministros en un mes. Tras el caso de la Protección Civil, ayer mismo conocimos, gracias a unas escuchas judiciales, la conspiración de algunos hombres muy cercanos a Berlusconi con unos empresarios de oscuro pasado para intentar influir en la decisión del Tribunal Constitucional sobre el laudo Alfano [ley de inmunidad para altos cargos]. Un hecho gravísimo, que intenta deformar las reglas democráticas, la separación de poderes y la autonomía de las instituciones. Mañana lo contaremos.