"Empiezas el día de mala leche"

Vanesa Alonso, de 30 años, es usuaria de Rodalies desde hace ocho años. Viaja a diario entre Sabadell y Barcelona por razones de trabajo y se queja de la irregularidad del servicio. "Es horroroso, porque empiezas el día de mala leche", comenta. El calvario empieza antes de salir de la estación. En hora punta, los trenes pasan cada cinco minutos, pero "desde hace unas semanas algunos no pasan. Además no te avisan", dice.

Explica que también es habitual que el tren se detenga largo tiempo en el túnel de entrada a Barcelona. "Estás allí y no sabes cuánto tiempo tendrás que esperar, porque no dicen nada a través de la megafonía del vagón". Un trayecto de una hora se puede convertir en uno de hora y media o, incluso, de dos. Teme los días de lluvia, porque sabe que esto es sinónimo de demoras. "En estos días no hace falta que mires los horarios de los trenes, porque nunca sabes a qué hora pasarán. Te plantas en la estación y a esperar".

Vanesa sabe de qué habla, porque trabajó como informadora de Renfe. Entonces, dice, la organización era peor. "No teníamos información y la poca disponible no era correcta. La gente se enfadaba mucho con nosotros".