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Rajoy bloquea sus candidaturas hasta saber qué hacen los jueces con Camps

"Las presentaremos cuando interese al PP, no conozco otro criterio mejor", dice

Carlos E. Cué

Nadie lo mencionó en ningún momento. Ni siquiera estaba en la sala. Pero Francisco Camps fue, de nuevo, como casi siempre en el último año y medio, el gran protagonista ausente de una gran reunión interna del PP, la piedra en el zapato que Mariano Rajoy no quiere o no puede sacarse.

Toda la maquinaria del partido, con las encuestas a favor, está en marcha con un objetivo: ganar las elecciones autonómicas y municipales en 2011, y antes tener un buen resultado en las catalanas. Rajoy sufrió mucho hasta que, en 2009, el PP ganó en Galicia. Ahora quiere rematar su camino a La Moncloa con nuevos beneficios en la particular cuenta de resultados de la política: los votos.

Rajoy quería adelantarse al PSOE y consagrar a sus candidatos mucho antes que los socialistas. El año pasado llegó a decir que estarían designados en septiembre... ¡De 2009! Pero ha llegado julio de 2010, y aún quedan muchos candidatos, casi todos, sin designar oficialmente.

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Ningún dirigente oculta en privado el motivo: Camps, que se ausentó de nuevo ayer en la reunión de la Junta Directiva, está esperando una decisión judicial que puede acabar llevándole al banquillo de los acusados. Y Rajoy, que no quiere ser quien eche a su fiel aliado en los tiempos difíciles de 2008, está esperando a esa decisión para que los acontecimientos se precipiten y, tal vez, Camps decida rendirse. Rajoy está muy distanciado del valenciano, aseguran en su entorno, pero se resiste a pedirle que dimita.

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Cada semana, Dolores de Cospedal, la secretaria general, tiene que contestar a la pregunta: ¿Cuándo van a proclamar candidato a Camps? Ella lo salva como puede. Rajoy, que apenas contesta a preguntas -ayer tampoco lo hizo-, no tiene ese problema, pero percibe la presión de los medios y del partido, y ayer estalló muy a su estilo frente a dirigentes, diputados, senadores y eurodiputados. "No hay fecha para la designación de candidatos. Los presentaremos cuando más interese al PP, no conozco otro criterio mejor. Propongo que las cosas que tengáis que decir las habléis con la vicesecretaría de organización, que se ocupa de esto [los candidatos], o con cualquier otro miembro de la dirección o conmigo mismo", sentenció.

Rajoy dejó en el aire todo, y habló de convocar una convención -una reunión anual de tres días- para presentar un programa marco para las municipales y autonómicas: "No tiene fecha, a lo mejor lo hacemos antes de las proclamaciones, a lo mejor después, está [Baudilio] Tomé con eso, ya veremos, tenemos que hablarlo".

Todo está pues en el aire por culpa del caso Camps. Es la propia estrategia de defensa de Federico Trillo en este asunto la que está complicando la solución del dilema de Rajoy, según reconocen en la dirección. El estratega de la defensa del caso Gürtel ha recurrido la decisión del juez Antonio Pedreira de enviar parte del caso a Valencia para que se investigue allí la posible implicación de Camps y casi toda la cúpula del Gobierno valenciano en cohechos propios, financiación ilegal y hasta siete graves delitos.

Y ese recurso puede retrasar la decisión definitiva sobre Camps incluso meses, según los cálculos más pesimistas de algunos dirigentes. Formalmente, la confirmación del valenciano como candidato se podría retrasar hasta marzo de 2011, pero el PP quiere resolverlo mucho antes.

Otro de los problemas, mucho menor que el del valenciano, que está retrasando la proclamación de candidaturas -no todas, porque Rajoy ya ha empezado a organizar actos de presentación de candidatos locales, especialmente en Andalucía- es el de Asturias. Hasta hace bien poco, todos los dirigentes daban por hecho que Francisco Álvarez-Cascos sería el candidato. A Rajoy, explican en su entorno, no le hace ninguna gracia que un dirigente tan fuerte del que está muy alejado vuelva a la primera línea de la política. Pero no se atreve a decirle que no, por lo que todo el mundo daba por hecho que Cascos, que ha mostrado claramente su voluntad -"hay una marea creciente de personas que consideran oportuno mi regreso", dijo en la Cope- sería el candidato.

La cosa se complica, porque Cascos parece querer que sea Rajoy quien le pida que vuelva. Y el líder espera que sea el ex vicesecretario general quien reclame un puesto. Este tira y afloja personal -muy parecido al que ya se vivió con la candidatura de Jaime Mayor para las europeas en 2009- y la enemistad de Cascos y Cospedal está complicando las cosas. El PP asturiano está dividido, en Oviedo quieren a Cascos y en Gijón, su tierra, lo rechazan. Pero nadie plantea ninguna alternativa, por lo que la opción más probable -y con más posibilidades de éxito- sigue pasando por su regreso.

Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy, durante la reunión de la junta directiva del PP.
Dolores de Cospedal y Mariano Rajoy, durante la reunión de la junta directiva del PP.LUIS SEVILLANO

Dos procesos

- Los trajes. Francisco Camps está imputado por cohecho pasivo impropio.

El magistrado José Flors ha retomado la causa después de que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV) la archivara y el Supremo ordenara reabrirla.

- Financiación ilegal. El juez Antonio Pedreira, del Tribunal Superior de Madrid, tiene que certificar la firmeza de la sentencia en la que se inhibió al TSJCV para que investigara la supuesta financiación irregular del PP de Camps.

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