La negociación de Metro se encarrila hacia el recorte mínimo de sueldos

Huelga de Metro. Día 5. La empresa y los sindicatos se reúnen por segunda vez tras las dos jornadas de paro sin servicios mínimos que colapsaron Madrid. Los semblantes son serios, las declaraciones son una muestra de esgrima verbal. Pero por primera vez se abre una vía para la negociación del motivo que desató el conflicto: la rebaja en gastos de personal, del 2,15% este año (ocho millones de euros) al socaire de la rebaja a los empleados públicos.

El primer gesto fue recibir a los cinco sindicatos y volver a considerarlos como un comité de huelga. Metro había amenazado con tener como único interlocutor a Solidaridad Obrera, el único que convocaba oficialmente el paro de ayer, que respaldaban todos. Ante la prensa, el consejero delegado de Metro, Ignacio González Velayos, respondió a la cuestión de si es o no posible que se haga el recorte sin tocar los sueldos pero sí otros capítulos de personal, como piden los sindicatos. "En una negociación cabe todo", zanjó. Y su respuesta fue también un giro a lo que, hasta la fecha, han sostenido desde la empresa.

Los trabajadores tienen convocadas asambleas el lunes. El comité de huelga asegura que debe llevar a ellas una propuesta de la empresa que calme los ánimos de la plantilla (7.600 empleados). Pero Metro exige al comité de huelga que se desconvoquen definitivamente los paros antes de seguir negociando. Unos y otros se despidieron ayer diciendo ante la prensa que esperan que la otra parte mueva ficha.

"Esperaremos todo el fin de semana un gesto suyo", dijo el portavoz del comité de huelga, Antonio Asensio. Instantes después, González Velayos explicó que no quieren negociar teniendo sobre la mesa una convocatoria de huelga (indefinida, y sobre cuya realización decidirán el lunes los trabajadores) "para que ninguna de las dos partes nos sintamos presionados". Y concluyó: "Ellos lo tienen en su mano". Durante el fin de semana, cuando el metro funcionará con normalidad, todos tendrán que hacer cuentas para que la partida de gastos de personal (con 367,3 millones de euros) mengüe a gusto de los trabajadores y de la empresa.Cinco sindicatos (Conductores, CC OO, UGT, Solidaridad Obrera y Sindicato Libre) convocaron los paros, iniciados el lunes, contra el proyecto de Ley de Medidas Urgentes que la Comunidad de Madrid aprobó el 28 de junio. El documento prevé recortes a funcionarios y a trabajadores de empresas públicas. Todos verán mermados sus salarios una media del 5%. Para Metro se incluyó una excepción: el recorte no tiene que salir exclusivamente de los salarios. Pueden tocarse otros capítulos de personal.

La empresa debe recortar ocho millones de esa partida. Los sindicatos exigen hoy por hoy que esa rebaja no incluya ni los salarios ni otras partidas incluidas en el convenio vigente hasta 2012, lo que complica la negociación. La partida de salarios supone casi todo el gasto de personal (277 millones este año, el 75%), según la tabla que Metro envió ayer a los sindicatos para empezar a hacer números. En ese capítulo, pero en parte fuera de convenio, figuran las primas y gratificaciones (34,3 millones, según el documento) y las horas extraordinarias (1,2 millones).

También en la partida de gastos de personal figuran los gastos sociales. Ascienden a 10,2 millones, de los que la mitad se destinan a ayudas al transporte (los empleados y sus familias disponen de abonos anuales casi gratis). El resto es para seguros, formación o costes sanitarios. Recortar los gastos sociales, según fuentes sindicales, sí afectaría al convenio.

Mientras ponen a funcionar las calculadoras, unos y otros juegan a ejercer presión. Los sindicatos, recordando que la asamblea del lunes puede traer nuevos paros. La empresa presiona con el aumento de expedientes -que ayer pasaron de 400 a 900- y con la amenaza de que la Comunidad denunciará a los sindicatos por daños y perjuicios por "la huelga ilegal" sin servicios mínimos.

El PSOE, por su parte, también habló ayer de huelga. La vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, pidió a la presidenta Aguirre que "solvente" el conflicto. El secretario general del PSM, Tomás Gómez, manifestó que la presidenta "estaba deseando que se produjera una huelga de estas características para intentar deslegitimar a los sindicatos".