Australia se suma al avance de las mujeres en el poder
En apenas tres días, tres países pasan a tener una jefa de Gobierno
Julia Gillard se convirtió ayer en la primera mujer que asciende a la jefatura del Gobierno de Australia. Su nombramiento marcó también un hito mundial: es la primera vez en la historia que tres mujeres se colocan al frente de las administraciones de sus países en apenas tres días. Las otras dos son la finlandesa Mari Kiviniemi y la eslovaca Iveta Radicova, que recibió el miércoles el encargo de formar una coalición gubernamental con los otros tres partidos de derechas surgidos de las elecciones del pasado día 12, después de que el actual primer ministro, el socialdemócrata Robert Fico, fracasara en el intento pese a ser el partido más votado.
De haber vivido, la famosa sufragista estadounidense Susan Anthony, detenida por su empeño en votar en las elecciones presidenciales de 1872, se habría sentido muy orgullosa de su lucha por dotar a la mujer de derechos políticos. Las tres que estos días se han colocado a la cabeza de sus Gobiernos representan un amplio abanico político que se enmarca entre el Partido Laborista australiano, el Partido de Centro de Finlandia y el conservador, Unión Democrática y Cristiana de Eslovaquia (SDKU).
En esta primera década del siglo XXI, el avance del poder de las mujeres parece imparable. No solo en política sino también en la economía, aunque en este campo su ascenso es más lento.
Tal vez lo más interesante es constatar que la mujer se abre camino no solo en la vieja Europa sino en todos los continentes. En América Latina, donde Violeta Chamorro rompió el tabú en 1990 (sin contar a María Estela Martinez de Perón que heredó el Gobierno de su marido) y tras la estela de popularidad con que fue despedida la presidenta chilena Michele Bachelet, Costa Rica eligió este año a su primera presidenta, Laura Chinchilla. Argentina mantiene a Cristina Fernández de Kirchner y en Brasil otra combativa mujer, Dilma Rousseff, es la favorita para las presidenciales de octubre.
En Asia, donde Sirimavo Bandaranaike se convirtió en 1960 en la primera mujer del mundo electa primera ministra en el entonces denominado Ceilán y ahora Sri Lanka, el avance también ha sido notable en India, Pakistán y Bangladesh. Sin embargo, es un poder lastrado, como en el caso de Bandaranaike que tomo la antorcha de su marido asesinado, por los lazos familiares. La llegada de Rosa Otunbáyeva, en abril pasado a la presidencia interina de Kirguizistán abre nuevas perspectivas.
El mayor reto se encuentra en África. Liberia eligió democráticamente en 2005 a su muy popular presidenta, Ellen Johnson Sirleaf. Además, Ruanda cuenta con el mayor porcentaje del mundo de parlamentarias, el 56% del Parlamento.
Las primeras ministras de Australia, Finlandia y Eslovaquia
- Julia Gillard. Nacida en 1961 en la ciudad galesa de Barry, emigró a Australia con sus padres cuando tenía cuatro años. Abogada, ganó en 1998 su primer escaño por el Partido Laborista. Se asoció siempre con el primer ministro saliente Kevin Rudd, pero mientras la popularidad de este se deterioraba, Gillard consiguió mantener la suya.
- Iveta Radicova. A sus 53 años, esta socióloga ya ha roto varios moldes políticos en Eslovaquia. El año pasado logró llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. Si finalmente consigue formar Gobierno antes del 8 de julio con los otros tres partidos de la derecha, se habrá convertido en la primera jefa de Gobierno en la Europa del Este.
- Mari Kiviniemi. Esta economista de 41 años comenzó muy joven en su pasión política. A los 23 años trató por primera vez de ganar un escaño por el Partido de Centro. No lo consiguio hasta las elecciones siguientes, en 1995. Desde entonces ha tenido una activa vida parlamentaria, en la administración local y en el Gobierno.
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